El pasado agosto prometió a los músicos que cumpliría, antes del 31 de diciembre, con hasta 30 puntos que desde la formación veían indispensables para retirar las demandas individuales.
Donde dije digo, digo Diego. Sirva este castizo dicho popular para expresar lo que están sintiendo los músicos de la Banda Municipal de Música tras conocer que, a pesar de las promesas del Ayuntamiento de poner fin al conflicto que mantienen ambas partes antes de que acabara este año, finalmente no será así.
Como publicó este medio a finales de la pasada semana, entre los músicos ya empezaba a haber una sensación de hastío y de que desde el Consistorio no se estaban mostrando claros con ellos, en concreto el delegado de Dinamización Cultural, Francisco Camas. Este pasado martes, miembros de la comisión de la banda y el propio Camas mantenían una reunión de la que se esperaban noticias positivas, toda vez que el día 31 diciembre está a la vuelta de la esquina y, a la postre, era el plazo máximo que ya en agosto se había dado el propio gobierno para normalizar por completo la situación. Pero nada más lejos de la realidad.
Según ha podido saber este medio, el delegado informó de que las cantidades que se adeudan a los músicos no se abonarán, mínimo, hasta mediados de enero, y que las actividades que la formación ha llevado a cabo desde septiembre –Pisa de la Uva, La Merced y San Dionisio- se cobrarán como atrasos, pero sin fijarse tampoco una fecha exacta.
Sobre el nuevo local de ensayos, el Ayuntamiento apuesta definitivamente por el Palacio Garvey del Mamelón, si bien se alega que es actualmente la Unión de Hermandades la que tiene la llave del mismo y quien tiene que redactar una carta de renuncia para que la banda pudiera comenzar sus ensayos en estas instalaciones. Esto llama la atención puesto que el propio organismo cofrade, en pleno extraordinario de hermanos mayores, decidió hace un mes no trasladar su sede allí.
En cuanto a los uniformes, a pesar de que la banda la conforman actualmente 36 componentes, el Consistorio afirma que tiene cerrada una partida de 15 uniformes de hombres y 5 de mujeres que está disponible hasta el próximo mes de abril, mientras que en el tema del material, tienen que ser los músicos los que presenten presupuesto para que el Ayuntamiento se encargara de las reparaciones y de la compra de nuevos instrumentos.
También se presenta otro problema con la persona encargada del montaje de las sillas en la plaza del banco para el público que asiste a los conciertos dominicales de la banda y para los propios músicos. El Ayuntamiento afirma que no encuentra forma legal para incorporarlo, ya que esta labor no tiene relación con la actividad musical que desempeña la banda, por lo que sería una relación laboral y se le tendría que hacer un contrato, algo que el Consistorio no asume puesto que no contrata a personal laboral. Así, la solución pasaría por contratar a una empresa de montaje o echar mano de personal del propio Ayuntamiento, con lo cual esta persona parece que perdería su trabajo.
Ante esta situación, el despacho de Antonio Ortega, el graduado social que lleva el tema legal de la banda, ya está empezando a citar a los músicos para preparar los primeros juicios, que comenzarán el próximo 5 de febrero. Como se recordará, de manera individual los músicos decidieron denunciar al Ayuntamiento, si bien se prestaron a retirar las demandas si se solucionaba el conflicto antes del 31 de diciembre. Ahora falta saber si los propios componentes de la banda deciden tirar para adelante con esta medida o esperar nuevos acontecimientos.