"Cádiz, 3.000 años resistiendo", inició el alcalde Bruno García de León su intervención oficial en la entrega de títulos de hijos predilectos y adoptivos de 2025, celebrada en el Palacio de Congresos de la antigua fábrica de tabacos en la noche del miércoles.
"Cádiz, 3.000 años afrontando sombras y 3.000 años generando una inmensa luz de libertad y concordia". Y todo eso, con una sonrisa porque si algo caracterizó el encuentro fue el humor, las miradas conmovidas, de recuerdo, ternura y agradecimiento entre asistentes y galardonados, con llamativa mayoría femenina.
La mejor cara de Cádiz tiene rostro de mujer y ríe con ganas, podría deducir alguien que hubiera llegado a Cádiz por primera vez durante la velada de este miércoles.
"Que nadie tenga duda: el alma de Cádiz es su gente, siempre lo ha sido; los que nos han precedido, los que nos trajeron hasta aquí, los que cuidaron su corazón, su esencia".
"Esto no solo es un acto protocolario, es una declaración de gratitud de todo un pueblo. Mayte, Carmen, Concha, Mercedes, Alicia, Amparo, Elvira, Antonio, José Luis, Alberto, sois nuestra inspiración, la del compromiso con Cádiz", resumió el alcalde. nuestra inspiración.
Mujeres metálicas y emocionadas
La primera ovación, el primero de los abrazos figurados, colectivos y fortísimos fue para la asociación Mujeres de Acero de La Viña. Concepción Domínguez fue la encargada de recoger la medalla de la ciudad en nombre de una fuerte red de ayuda y solidaridad entre las mujeres de uno de los barrios con más dificultades económicas y sociales de la ciudad.
Una pionera y veterana de la política, Carmen Pinedo, le dio relevo. Llegó a Cádiz en 1970 con 37 años desde Salamanca y llegó a ser elegida como senadora, entonces por UCD. Tras su paso al PSOE, ejerció como concejal y fue la primera diputada electa por la provincia. "Pensé que sería maravilloso vivir en el paraíso y eso es lo que hice", resumió con el título de hija adoptiva en la mano.
La hostelera Mayte Córdoba, responsable del célebre restaurante El Faro de Cádiz, fue otra de las mujeres protagonistas, en este caso como hija predilecta. Dedicó el reconocimiento a su padre y fundador, fallecido hace apenas un año, y a su madre, Pepi. Resaltó el vínculo de El Faro y su entorno, el barrio de La Viña, "un barrio antes conflictivo en el que hace tiempo que quiere vivir todo el mundo".
Bruno García: "Ubiquemos la acción, con más Antonio Reguera y más Agustina seríamos más felices"
La madrileña Alicia Domínguez, doctora en historia y ensayista especializada en memoria democrática fue la siguiente hija adoptiva en subir al escenario con una emocionante reivindicación de su obra y su compromiso político: "Me comprometo a poner sonrisa, voz y gritos en mis escritos y en mi vida. A seguir recuperando del olvido a tantos vencidos, como mi familia, roja, honrada y trabajadora, a tantas mujeres que han sido la columna vertebral de nuestra vida sin que nadie se lo reconociera".
La escritora y periodista Elvira Lindo, sí nacida en Cádiz (1962) aunque con unos pocos años de vida infantil en la ciudad dedicó su título de predilecta a su hermana Inma con la que compartió aquellos meses gaditanos y a su marido, Antonio Muñoz Molina. "En Cádiz me siento como en casa, la casa de la alegría".
Recuerdo a los que se fueron
Mercedes Salinas, en nombre de las víctimas de la explosión de 1947 en Cádiz, recogió la medalla de oro de la ciudad. Recordó sobre todo a las mujeres afectadas y emocionó al auditorio al asegurar que, a sus casi 97 años, recuerda con frecuencia a cada uno de los fallecidos que conocío.
Amparo Mogollo puso el rostro a la medicina y la ciencia, en unas semanas en las que la sociedad ha recordado su enorme trascendencia en el bienestar de la comunidad.
Definida como una especialista excepcional en cuidados paliativos, ha desarrollado su labor durante más de 30 años en el área de Medicina Interna del hospital universitario Puerta del Mar de Cádiz. "Ha acompañado a muchísimos gaditanos en sus últimos días, en los más duros, no se puede decir algo más humano de nadie".
El protagonismo de las mujeres fue tal que el único galardonado que no pudo asistir, el fotógrafo Joaquín Hernández Kiki, tuvo como representante a su hija Rocío.
El momento más divertido de la gala llegó cuando todos lo esperaban, en la intervención del legendario humorista Antonio Reguera, nuevo hijo predilecto de Cádiz a sus 75 años. Sin engañar a nadie, fiel a su estilo, anunció que se alargaría.
Así lo hizo, a modo, con la historia de un viaje desde Ceuta hasta Cádiz que provocó carcajadas constantes. "Ubiquemos la acción, con más Antonio Reguera y más Agustina seríamos más felices", remató luego el alcalde.
Una leyenda de la carga de Semana Santa en Cádiz, José Luis Pájaro, y una del carnaval, Antonio Martín, recogieron sus títulos con idéntico entusiasmo de los asistentes, con el mismo reconocimiento y cariño.
El arquitecto Alberto Campo Baeza y el ex presidente del Ateneo Cultural de Cádiz, Ignacio Moreno Aparicio, también recibieron entre ovaciones sus títulos de hijo adoptivo e hijo predilecto, respectivamente.
