En los últimos años ha proliferado la idea de que los auténticos cuplés están en la calle y que el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas suele ser 'pescaíto en blanco' por parte de los autores que no se atreven a hacer las letras que realmente les gustaría. La repercusión del concurso gaditano gracias a la televisión y las redes sociales ha provocado que muchos se piensen las cosas dos veces antes de escribirlas y cantarlas, un filtro que no hay en la calle o que, si lo hay, es en mucha menor medida.
Sin embargo, el Canijo de Carmona ha emprendido una línea que quiere romper estos tópicos. Ya lo hizo con su anterior chirigota, 'Chernobyl, el musical', donde el carácter de las letras seguramente le privó de una posición mejor en el COAC pese a que recibió un gran respaldo del público. En esta ocasión, con 'Los Muchachos del Congelao' el chirigotero sevillano ha repetido la fórmula a pesar de que el tipo podría parecer mucho más infantil.
Tras un pase de preliminar con dudas y una presentación con el teatro frío en cuartos, el Canijo remontó la actuación a base de repertorio con dos buenos pasodobles y, sobre todo, dos grandes cuplés llenos de humor negro. Tal fue así que el público ni siquiera rio ante lo cantado, sino que optó por reaccionar con dos grandes "ohhhh" ante la sorpresa causada por la chirigota con las letras.
En la primera de ellas habla de la DANA y la velocidad de los políticos para llegar a Valencia y hacerse la foto. El protagonista es Feijóo, que pudo presentarse en el lugar sin manchas. "Es la ventaja de tener un amigo con narcolancha", remataba el Canijo. Pero ahí no quedaba la cosa, el segundo fue aún mejor con los "perros fachas" como protagonistas. Al suyo lo va a mandar a "hacer puñetas" porque si le lanza un hueso lo "entierra en una cuneta".