Después de que una pareja inaugurara la temporada de hurtos en las playas de Cádiz, la Policía Local insiste en la necesidad de mantener vigiladas las pertenencias cuando se acude a disfrutar de un día de playa.
El pasado domingo se detuvo a una pareja con antecedentes como autores de un delito de hurto en la playa de la Caleta, después de sustraer una mochila que contenía pertenencias de unos jóvenes Erasmus franceses. Un macuto que guardaba dos móviles de alta gama modelo iPhone.
Para frenar estos hurtos, y otras actuaciones prohibidas en las playas gaditanas, el Ayuntamiento cuenta con una ordenanza municipal que deja claro qué se puede y qué no se puede hacer, enfrentándose en caso de incumplimiento a multas de una importante cuantía.
La ordenanza distingue entre infracciones, leves, graves y muy graves. Entre las primeras, está voltar una cometa, jugar a la pelota molestando a otros bañistas, darse un chapuzó en las zonas acotadas para la salida de embarcaciones o acotar territorio en la misma playa.
El Ayuntamiento de Cádiz contempla, a su vez, una serie de infracciones graves, como mariscar en la playa, vender productos sin autorización, instalar carpas o tiendas de campaña, dejar vidrios en la arena o abandonar enseres en la playa.
Son infracciones muy graves la reincidencia de faltas graves durante un año, la celebración de fiestas, el uso de vehículos a motor o el hecho de depositar residuos peligrosos en la playa.
Cada una de estas infracciones supone una multa de distinto calado. Las leves oscilan entre los 100 y los 750 euros. Las graves van de 751 a 1.500 euros. Y las muy graves, de 1.501 euros hasta 3.000 euros.
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