Ilia Topuria ha hecho historia en la UFC al conquistar su segundo título mundial, esta vez en la categoría de peso ligero, tras vencer por K.O. a Charles Oliveira en menos de tres minutos de combate. El luchador, de origen hispano-georgiano, ha mostrado una superioridad abrumadora en el octágono, dejando sin opciones al veterano brasileño, que acumulaba 35 victorias en su carrera.
La pelea tan solo ha durado un asalto. Desde el inicio, Topuria ha resistido con solvencia los ataques iniciales de Oliveira, manteniendo la compostura hasta encontrar el momento preciso para lanzar una combinación demoledora. Con su golpe de derechas, combinado con el de izquierdas, acabó mermando las opciones de su rival, dejando sin margen a la reacción del brasileño.
Un récord sin precedentes en la historia del deporte
El desenlace ha llegado tras dos crochés que han enviado a Oliveira directamente a la lona. El árbitro detuvo la pelea de inmediato, certificando el nocaut y el nuevo estatus de Topuria como doble campeón. El dominio del luchador apodado El Matador no solo ha sido técnico, sino también simbólico: ha barrido del mapa a un rival con amplia experiencia en la élite.
Lo prometió y lo cumplió @Topuriailia 👑👑 #UFC317 pic.twitter.com/9e2y1lZrPI
— UFC Español (@UFCEspanol) June 29, 2025
Con esta victoria, Topuria ha entrado en el exclusivo club de campeones que han logrado dos títulos, compartiendo espacio con leyendas como Conor McGregor, Jon Jones y Amanda Nunes. Sin embargo, su caso destaca por un dato inédito: Ningún doble campeón hasta la fecha había logrado hacerlo de manera invicta: diecisiete combates disputados, diecisiete ganados. Ese es el récord impecable con el que Topuria ha inscrito su nombre en lo más alto de la UFC. Su progresión meteórica y su estilo agresivo lo han convertido en una superestrella internacional de este deporte, con un futuro que parece tan sólido como su presente.
La contundencia de su actuación y la rapidez con la que ha resuelto el combate confirman que Topuria no solo pelea para ganar, sino para dominar y dejar huella. Su figura se consolida como referente absoluto del deporte de contacto y, con cada aparición, se aleja un poco más del resto de sus competidores.