Luis Enrique volvió a ganar una Champions que ya logró en su momento con el FC Barcelona. El entrenador, tras su paso por la Selección, vuelve a saborear el triunfo. Ha hecho un equipo con grandes jugadores pero sin las grandes superestrellas que tuvo el PSG hasta hace solo un año. Su protagonismo en esta victoria parisina es más que evidente.
Y en ese triunfo, Luis Enrique ha dejado un reguero de emociones. La pequeña Xana, su hija, fue conocida a raíz de las celebraciones de la Champions que el asturiano logró en 2015 con el Barça. Allí, jugueteó con la copa y con su padre, clavando juntos una bandera del club azulgrana sobre el césped.
Pero en 2019 llegó la conmoción, porque Luis Enrique, ya por entonces seleccionador español, dejaba temporalmente el cargo para estar con su familia. Xana tenía cáncer y acabaría falleciendo. Finalmente, Luis Enrique volvió a la Selección.
Pero desde entonces, Luis Enrique ha hablado del asunto con una naturalidad increíble. La pérdida de un hijo es uno de los mayores palos que puede vivir una persona a lo largo de su vida. Por ser cruel y antinatural, mucha gente acaba no reponiéndose ni remotamente a tal pérdida.
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— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) May 31, 2025
Y más allá de cómo pueda llevarlo en la intimidad, al menos, en lo que resulta público, en lo que el propio Luis Enrique ha transmitido, es increíble cómo ha ido mandando mensajes sobre cómo ha asumido lo ocurrido, cómo habla sin transmitir tristezas, sino comunicando que la alegría de la vida no debe perderse.
Ha hablado del asunto tanto en un documental como en ruedas de prensa. Ha retomado su vida profesional con éxito. Y además no esconde lo que siente. Porque en esta final de Champions, tras ganar, se enfundó una camiseta dedicada a su hija Xana.
Además, los aficionados del PSG le dedicaron un tifo, una megapancarta, que mostraba al entrenador clavando la bandera parisina sobre el césped con Xana. Como ya hizo con el Barcelona.
