Vivir rodeado de vinilos para escapar de la muerte

Juan de Dios Fernández Calero, regente de Discosxmil, sostiene un vinilo de Imán Califato Independiente y un recopilatorio de rock andaluz. FOTO: MANU GARCÍA.
Juan de Dios Fernández Calero, regente de Discosxmil, sostiene un vinilo de Imán Califato Independiente y un recopilatorio de rock andaluz. FOTO: MANU GARCÍA.

Encontrar a Juan de Dios Fernández Calero (Pozoblanco, Córdoba, 1981) no siempre es fácil. Hace poco más de una semana estuvo varios días en Valencia y en nada parte hacia Burgos. A lo largo del año se hace unas 35 ferias del coleccionismo. "El año tiene 54 fines de semana", recuerda entre risas. Su tienda, que ha abierto físicamente en la calle Diego Fernández Herrera este pasado mes de octubre, es su centro de operaciones, pero para nada un lugar fijo.

"Entre una casualidad y la necesidad", dice Juan de Dios tras haber llegado a un negocio que desde hace unos años rompe récords e iguala las cifras alcanzadas en la década de los 90. Antes de dedicarse al coleccionismo y a la compraventa de discos de segunda mano, este cordobés afincado en Jerez trabajó en los astilleros como soldador de tuberías de alta presión, trabajo por el que estuvo a punto de morir "en tres ocasiones" con intoxicación por metales pesados incluida, algo que le hizo replanteaa su vida. De los astilleros de Puerto Real y de Sudáfrica a la venta de antigüedades, hasta que un día descubrió el fenómeno del disco. "Un día fui a la casa de una señora y como de costumbre compré dos máquinas de coser, pero con las máquinas me vendieron además 24 discos. No vendía las máquinas pero puse los discos en internet y en una semana los vendí". Un nicho de mercado en el que se introdujo poco a poco.

La tienda Discosxmil abrió el pasado mes de octubre. FOTO: MANU GARCÍA.

"Tenía dinero guardado de trabajar desde los 16 años por cuenta ajena e invertí. Me fui a Madrid y compré discos y discos", confiesa. Así empezó en el año 2011, cuando la venta de vinilos en España era de 141.000 unidades al año. En tan solo cinco años, en 2016, esta alcanzó las 433.000 unidades, algo que Juan de Dios ha experimentado en sus propias carnes. "Lo que me abrió los ojos fue ir a ferias del coleccionismo. En 2011 me presento en Bilbao en una feria, todo profesional, como aquí, y yo en plan cutre. Y venga a vender y a vender. Me puse al día, paré de comprar, actualicé todo lo que tenía, limpié, cuidé y estudié y me di cuenta de que tenía discos que no valían nada y otros que valían mucho", cuenta.

"Lo que hice fue indagar, investigar, hablar con mucha gente, equivocarme y aprender, para hacer surgir esto como negocio", afirma, al tiempo que se sincera sobre lo que supone la apertura de esta nueva tienda en Jerez. "Es un complemento a las ferias y no al revés. Ahora me voy a Burgos y el otro día estuve en Valencia. No compensa quedarse aquí porque en una tienda no voy a vender lo que vendo en una feria". A los clientes les dice, con total sinceridad, que a ellos también les conviene que cierre porque cuando va a una feria compra, vende y trae cosas nuevas.

Con trozos de vinilo, la mujer de Juan de Dios ha dibujado la cara de algunas de las grandes figuras de la música en Discosxmil. FOTO: MANU GARCÍA.

El negocio, sin embargo, no le vino caído del cielo a Juan de Dios. Detrás de su acierto como emprendedor hay una afición por la música que rescata de su padre y de su tío. "Mi tío tocaba la guitarra flamenca, tenían su aparato y sus discos. Mi padre después de la cinta se paso al CD. Pero mi tío siguió con el disco. Me gustaba la música pero yo de valor de mercado no entendía", comenta. En esa línea, cree que la recuperación del vinilo es algo compartido para todas las edades. "La gente que tiene de 35 años para arriba y se ha criado con el vinilo en su casa, está volviendo a tener esa educación musical que tenía en su casa pero adaptada a los gustos suyos", explica. Y añade: "el padre de esa persona, que está ya jubilado y bien económicamente, vendió sus discos en su momento y ahora busca los discos que les gustaba en ese momento".

Una circunstancia que ha hecho que se encontrara en la tienda con varias generaciones de compradores: el abuelo, el hijo y el nieto. "El abuelo con Juanito Valderrama, el hijo con un vinilo de los 60 o 70 y el nieto con otro los 80 o 90", cuenta entre risas. Pero, ¿es el vinilo una moda y está de vuelta? "Nunca ha desaparecido, lo que desapareció es la conexión tienda-cliente", dice. "Ahora cuesta volver a retomar esto porque se ha acostumbrado a comprar por internet pero hay que visitar las tiendas porque el trato personal, humano y el producto físico no tiene valor", añade.

Juan de Dios cree que el formato CD tiene los días contados. FOTO: MANU GARCÍA.

Sobre el CD, poca vida le da. A lo sumo unos diez años y cree que se equivoca, ya que cree que el formato digital digital se está cargando al formato físico digital. "El vinilo si lo cuidas bien, lo tienes toda la vida y no se pierde. Pero al CD le entra un hongo y todo lo que tenga le dices adiós CD", reconoce. Eso, sumado a que el formato físico digital, es decir, el CD, tiene fecha de caducidad. Es por ello que dice que tanto la demanda como la oferta de vinilo es más numerosa que la de CD. Un caso diferente es el de la cinta de casete, que reconoce estar en auge y que están utilizando algunos grupos de música jóvenes para hacer sus maquetas, junto al vinilo para los álbumes, sin tocar ya prácticamente el formato CD.

Juan de Dios en un momento del encuentro con lavozdelsur.es. FOTO: MANU GARCÍA.

"La gente que está entrando a comprar es gente joven, del perfil de 15 a 25 años", confiesa contento. "Es una buena señal", dice, y rechaza que sea una moda. "Los que se apuntan a las modas de todos los años se han apuntado y habrán comprado discos que luego venderán. Pero luego hay otro tipo de cliente que vuelve a recuperar sus discos. Porque es volver a una parte de su vida", explica. "Si una persona es melómana va a ser melómano con 40, 50 y 60 hasta el día que se muera".

"Esto es una tienda que te vende el artículo no por quien es, sino por la edición y por el formato. Los CD's están tirados de precio pero a lo mejor hay alguna edición especial y ese sí vale", cuenta. Y enseña uno de los discos de su colección. "Este disco de Johnny Winter por ejemplo; la edición suya de ese año vale 8 euros pero este vale 30. ¿Por qué?Porque esta casa lo ha hecho sin el permiso de la casa de Johnny Winter. Han hecho cualquier tontería aquí para que no les reclamen derechos de autor, es pirata, es decir, que no pagan derechos a su casa o al artista", dice. "Son ediciones muy cortas, limitadas y es coleccionable. El otro no. Hay muy pocos. Han hecho que sea legal". Es la ley de la oferta y la demanda. "Hay uno o dos, de 200 en España. El otro millones", reconoce, mientras señala un disco cualquiera. "Se venden más de los 80. Michael Jackson, Queen, Dire Straits, Madonna. Serie media que son muy baratos porque hay muchos. Thriller de Michael Jackson no vale nada, 10 o 12 euros", asiente.

Un vinilo de Imán Califato Independiente. FOTO: MANU GARCÍA.

Sobre la venta de discos de vinilo nuevos él solo vende de segunda mano pero conoce el mercado y explica que la calidad del prensado no es muy buena en España. "El que quiere hacer algo guapo y bueno lo manda fuera. Hay grupos de aquí a los que hay que pedirles fuera. Y ya no están editando en CD, sino en vinilo y en formato digital. Los coches nuevos no traen CD. Está enfocado todo para que lo digital lo escuches donde quieras sin formato físico. Habrá cosas que hay que buscar en CD porque no estarán en ningún lado pero también es descargable".

Es precisamente por ahí por donde Juan de Dios Fernández cree encontrar el secreto del éxito del vinilo y el fracaso del CD. "En cualquier plataforma de reproducción digital o descarga digital tienes la misma calidad que en formato físico digital, en CD". Y pregunta: "¿Tú estás en casa pones un CD y te quedas en el sofá sentado escuchando el CD?" Responde él mismo. "No. Tú pones la música en el CD como la pones en el ordenador, en un ordenador no cuesta dinero y en el CD, sí. El vinilo ha resurgido, te apetece estar tranquilo y vas a escuchar música, no a poner música. Pones tu vinilo, te sientas, tu café o un bocadillo, lo que sea, pero te estás sentando para escuchar música. Con un tocadiscos normal tú vas a disfrutar de la calidad de esa música porque es más cálida y parece que tienes a los músicos en el salón". Con músicos o sin músicos en el salón, una afición, la de los discos antiguos, que transciende de melómanos y de generaciones.

Sobre el autor:

Sebastián Chilla.

Sebastián Chilla

Jerez, 1992. Graduado en Historia por la Universidad de Sevilla. Máster de Profesorado en la Universidad de Granada. Periodista. Cuento historias y junto letras en lavozdelsur.es desde 2015. 

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