Un tesoro exclusivo en la historia musical de Jerez: el órgano de San Marcos cumple 100 años

Es técnicamente magnífico y se mantiene en perfecto estado: tiene 1.200 tubos, está construido en dos plantas y fue donado en 1923

El centenario órgano de San Marcos que sonara en este primer concierto.
El centenario órgano de San Marcos que sonara en este primer concierto. MANU GARCÍA

1.200 tubos, algunos tan grandes como chimeneas y otros tan pequeños como minas de bolígrafo; en ellos se encierra y nace la magia musical del órgano, en este caso, el de San Marcos que cumple un siglo de existencia funcionando perfectamente. Todo un tesoro exclusivo dado el magnífico estado en el que se encuentra; también lo es por su tamaño y calidad constructiva.

En el siglo X la Iglesia católica lo asumió como su instrumento predilecto; siempre ha sido la música que ha reinado en las iglesias. El organista Ángel Hortas aporta un dato histórico: en el Sacrosantum Concilium se ordenó que se tuviera en cuenta el órgano de tubos como el instrumento propio para el culto cristiano, “porque además es el único que sostiene el canto”.

Vista frontal del órgano situado sobre el coro que se construyó para su instalación.     MANU GARCÍA
Vista frontal del órgano situado sobre el coro que se construyó para su instalación.     MANU GARCÍA 

Es el rey en la música solemne y sacra. El órgano al que dedicamos este reportaje, se puede afirmar que es el ‘abuelo’ de los existentes en la ciudad e incluso en gran parte de la provincia. Cumplir un siglo de vida se constituye en todo un hito para este tipo de instrumentos tan complejos y difíciles de mantener.

Lo donó María de Villavicencio en 1923. Quiso que San Marcos tuviera un gran instrumento para el culto en el templo. “Gracias a ella tenemos uno de los dos grandes órganos románticos que tenemos en la ciudad”, señala el organista que nos hace de cicerone en el recorrido que hacemos por esta singular pieza.

Este instrumento tiene dos versiones, según la época en que fueron construidos: los románticos, como el que nos ocupa, que alcanzan un nivel musical muy superior y que permiten interpretar piezas de tipo sinfónico y los barrocos que están mucho más limitados por la época en los que se crearon, siglos XVII y XVIII. Aún quedan dos de estos en Jerez, los tatarabuelos, uno en el  actual seminario, antiguo convento de Madre de Dios, y otro en San Dionisio. Ambos son de época.

Una pieza original del organero vasco-sevillano Blas Beracoechea

El de San Marcos lleva la firma del organero afincado en Sevilla, de origen vasco y considerado de los mejores constructores del mundo, Blas Beracoechea, discípulo de Amezúa que fue el que reconstruyó el gran órgano de la Catedral de Sevilla. Este mismo artesano arregló y restauró otros como el de La O de Sanlúcar, el de San Miguel, entre otros.

Las manos de Hortas sobre los dos teclados que tiene este grandioso instrumento.     MANU GARCÍA
Las manos de Hortas sobre los dos teclados que tiene este grandioso instrumento.     MANU GARCÍA

En Jerez, yendo por delante el del templo alfonsino, quedan en funcionamiento el de la basílica del Carmen, San Dionisio y el de la Catedral que entra en otra categoría al ser el más moderno e incorpora la digitalización. Después entran en la cuenta pero sin funcionar el de San Miguel, Santo Domingo, San Lucas. Hortas explica que gracias al empeño del recordado padre Carlos González García-Mier, ese instrumento se mantiene en plena forma.

Ahora funciona con un motor que insufla el aire necesario para que entre en los tubos. Antes de la existencia de la electricidad, el organista tocaba una campanilla y entraban los denominados entonadores que se dedicaban a accionar manualmente el fuelle. Tiene dos plantas. La de abajo, que encierra toda la mecánica: miles de varillas, tuercas y tornillos. En la segunda planta, a la que se accede por una escalera, se sitúan más de un millar de tubos, todos de estaño en un 70 % y el resto de plomo para darle menos maleabilidad, metidos en caja expresivas que hacen la función de volumen del órgano 

El coste actual de un órgano nuevo como el de San Marcos ronda entre los 200.000 y 300.000 euros 

Hortas, mientras atiende las preguntas, afina el teclado y los tubos del órgano, resonando con fortaleza en todo el templo, a esa hora de la mañana casi vacío pero abierto para los visitantes, lo que es de agradecer. Contar las teclas es todo un reto pero si miramos la parte baja del mueble desde donde el organista maneja el instrumento, la cosa se complica; hay un pedalero -unas treinta piezas de madera-, como un segundo teclado que se maneja solo con los pies, una habilidad casi acrobática. Al espectador le parece imposible que una sola persona sea capaz de manejar un instrumento tan complejo e interpretar con maestría piezas sinfónicas.

El frontal del órgano con la cartela donde se consigna el nombre de su constructor y la fecha.     MANU GARCÍA
El frontal del órgano con la cartela donde se consigna el nombre de su constructor y la fecha.     MANU GARCÍA

Si a día de hoy se encargara un órgano nuevo de las mismas características que el de San Marcos, su coste sería de hasta 300.000. Estamos ante un instrumento muy delicado “pero a la vez son fuertes”. Angel Hortas explica que para ser organista hay que aprender a tocarlo, “no es como tocar un piano”. Cuenta que se han dado casos de pianistas que se han atrevido, “y claro, por su forma de aporrear las teclas, como sucede con el piano, llegan a dañar los teclados del órgano. Son muy sensibles y precisa de una mano delicada y que los entienda”.

Sobre el autor:

KIKO ABUIN 1

Kiko Abuín

Periodista.

...saber más sobre el autor

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído