'Hermanos pobres' de la cultura: un año a la espera del bolo de 1.500 euros que el Ayuntamiento aplazó

Samuel Lerma, líder de la banda Jeré con Z, estalla, en plena polémica con el recital de Mercé, por el errático trato que la administración local da al mundo cultural en la ciudad. "Rezuma asquerosidad, si no tienes padrino estás muerto", asegura

Los 'hermanos pobres' de la cultura: un año esperando el bolo de 1.500 euros que el Ayuntamiento de Jerez le aplazó
Los 'hermanos pobres' de la cultura: un año esperando el bolo de 1.500 euros que el Ayuntamiento de Jerez le aplazó MANU GARCÍA

El mundo de la cultura trata de sacar la cabeza del agua tras la zozobra de año y medio largo de pandemia. La alerta sanitaria dio al traste con muchas giras, bolos, exposiciones, presentaciones… con mucha creación, mucho trabajo y muchos sueños por cumplir, en suma. Sin embargo, no todos los artistas han capeado el temporal del mismo modo y, ni mucho menos, están saliendo a flote de la misma manera tras la catarsis de tantos meses de cancelaciones, aplazamientos y limitaciones de aforo. La desigualdad también puede llegar a ser extrema a todos los niveles de la escena cultural. Hay artistas que se están quedando atrás.

En una semana marcada por la polémica del aplazamiento (veremos si finalmente cancelación) del concierto de José Mercé que debía abrir este 4 de septiembre las Fiestas de la Vendimia, a cambio de un caché y una producción de unos 50.000 euros, hay artistas en Jerez con los que el Ayuntamiento se comprometió y firmó bolos que nunca han llegado a realizarse en unos tiempos en los que toda mano al mundo artístico era un chaleco salvavidas para el que se ahoga. Hablamos de 1.500 euros de caché. Con esos controvertidos 50.000 euros pueden hacerse casi 35 conciertos por el precio que se paga a los hermanos pobres de la cultura, no necesariamente artistas que están empezando.

Este es el caso de Samuel Lerma, un jerezano que lleva 20 de sus 39 años metido de lleno en la música. Hasta seis bandas ha tenido en esta trayectoria, con las que ha ganado concursos y premios musicales, y con las que ha intentado algo que debería ser más sencillo: vivir de lo que a uno le gusta hacer. Con su último proyecto Jeré con Z montó un crowdfunding para costear el primer disco, Dislexia creativa, que ha acabado viendo la luz este año, y ha grabado dos videoclips, uno de ellos mediante otra campaña de micromecenazgo que, en este caso, ha recaudado fondos para la red de acogida de migrantes Dimbali. El Estrecho no ha sido solo una canción más de esta banda jerezana, también un grafiti del artista Decimart bajo el puente de la estación que decora sus grises muros y agita conciencias. Un niño migrante sobre una balsa que trata de tocar tierra europea, arte urbano que amplifica la llamada de atención sobre la tragedia migratoria.

Lerma, que estudió Ciencias Ambientales y tiene un máster de Enología, otro de Turismo y otro de marketing, habla como un ciclón, con la pasión del que sigue creyendo en lo que hace y la desazón del que muchas veces solo ve frenos. Lleva años intentando vivir de la música, pero también tratando de conectarla con el pasado bodeguero de su ciudad, con su propio pasado, ya que sus dos abuelos fueron bodegueros en la tierra del sherry. El logo de la banda, de hecho, es un esqueleto rageliano sirviendo un jerez VORS con un catavino y, entre sus trabajos, hay catas y la organización de festivales en la ciudad como el Finito Rock. Con todo este bagaje, Lerma ha estallado esta semana al ver cómo se las gasta el Ayuntamiento en función de quién se trata.

Probablemente, haga de portavoz de muchos otros agentes culturales de la ciudad, pero de momento apenas él se atreve a dar la cara. “Todos piensan, o les han hecho pensar, que si alzan la voz ya no les vuelven a llamar, pero es que no es justo la situación que sufrimos y alguna vez habrá que decirlo”. Su caso es sangrante. La Delegación Municipal de Cultura organizó el pasado año, de la mano de Ganemos Jerez, el ciclo Música y cultura en tu barrio, y programaron para finales de octubre el concierto de Jeré con Z en la plaza Padre José María Lara del Distrito Sur. Samuel reconoce que iba con toda la ilusión del mundo a presentar el disco, “con una banda de 12 artistas y artistas invitados como Diego Pozo, Jorge Gómez, Ignacio Cintado, Perico Navarro…”. Y todo, a cambio de un caché de 1.500 euros más IVA. 

Este joven jerezano está acostumbrado a recorrer todo el arco de la industria cultural, ya sea escribiendo canciones, produciéndolas, tocando en directo, haciendo de manager de otros grupos, o hasta haciendo la comunicación y publicidad de sus eventos, vio cómo el concierto quedaba aplazado tras decretarse de nuevo el estado de alarma en otoño pasado y el confinamiento perimetral de la ciudad. Pese a la promesa de que el concierto se retomaría, ha pasado casi un año y no ha tenido respuesta de un proyecto que, según vendieron los políticos públicamente, pretendía echar una mano al sector.

JERE CON Z 4
Samuel Lerma, tras la entrevista con lavozdelsur.es.   MANU GARCÍA

Cultura no responde

El artista se ha dirigido en los últimos meses en varias ocasiones al Consistorio: “Primero me recibió el señor Francisco Camas —delegado de Cultura—, al que le llevé hasta unos catavinos promocionales del grupo, pero ya fui otras dos veces y nunca estaba, yo sabía que el concierto no querían hacerlo, pero ese dinero estaba consignado presupuestariamente y lo tengo por contrato”. Para más rabia, en paralelo al ciclo impulsado por Ayuntamiento y Ganemos, IU promovió Extramuros, que subarrendó su organización a la empresa Faro, del productor Paco Barroso. 

Ahí todavía nos pagaban menos, pero es que aparte alguien nos dijo que no podíamos estar en los dos carteles porque un artista de Jerez no puede tocar dos veces contratado por el Ayuntamiento en menos de tres meses”, explica con toda la documentación sobre la mesa el líder de Jeré con Z, quien asegura que “este verano hemos hecho dos bolos por 400 euros cada uno y todo lo que teníamos en Cádiz, Sevilla, Madrid —Pelícano, Sala X, Clamores—… está suspendido mientras no se amplíen los aforos. Es que no da para todos los que somos”. Samuel habla mientras recorre el camino de casa al cole de su hija pequeña, donde tiene reunión previa al inicio del curso.

“Ni soy famoso, ni lo pretendo, no quiero ser millonario, solo disfrutar de la música y comer de esto, pero lo que no puedo hacer es perder dinero. Mi niña depende de mí y hay que buscarse las papas. Uno pretender ser emprendedor, pero en 2010 la cosa se fue a tomar por saco y ahora ya es el golpe mortal con la pandemia”, confiesa. Y abunda: “Mercé me parece un tío de puta madre, pero por qué no se juega a darle vida a los demás. ¿El resto no comemos? ¿El dinero de mi concierto, que tengo por contrato, dónde está? Esto rezuma asquerosidad, si no tienes padrino, estás muerto”. El artista, que define su música como “fuego desde las tripas y ganas de expresar alegría y rabia contenida, demonios y ángeles que se confrontan en una batalla armónica”, sigue en su pelea por no renunciar y abandonar ante tantas adversidades, pero a veces lo ponen tan difícil…

"Hemos dado respuesta a los artistas y a la demanda de los jerezanos que viven de la cultura"

El delegado de Dinamización Cultural y Patrimonio, Francisco Camas, hizo recientemente balance, acompañado por el responsable de la Unidad del Flamenco, Luis Pérez, de la programación cultural desarrollada durante los meses de julio y agosto en la ciudad, integrada por 60 espectáculos, "que han abarcado distintas modalidades y que han contado con una respuesta muy positiva por parte del público".

En rueda de prensa, destacaba que dichos espectáculos han contado con la participación de "500 artistas y medio centenar de técnicos, a cargo de las distintas producciones, por lo que se pone de manifiesto, a su juicio, el “importante volumen de espectáculos que ha puesto a Jerez a la altura de cualquier capital de España y Andalucía, y todo ello, a pesar de las circunstancias en las que nos encontramos debido al Covid-19. Hemos superado las posibilidades y previsiones que teníamos, y hemos dado respuesta a los artistas y a la demanda de los jerezanos que viven de la cultura”.

Sobre el autor:

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Paco Sánchez Múgica

Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Desde 2014 soy socio fundador y director de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología; hice la dramaturgia del espectáculo 'Soníos negros', de la Cía. María del Mar Moreno; colaboro en Guía Repsol; y coordino la comunicación de la Asociación de Festivales Flamencos. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero', que organiza la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Accésit del Premio de Periodismo Social Antonio Ortega. Socio de la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) y de la Federación Española de Periodistas (FAPE).

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