Lo de Mercé: aire, aire...

El artista puede pedir el caché que quiera, aunque sea superior en su tierra que fuera, pero si había pedido 33.000 euros y, sí o sí, los iba a cobrar, ¿cuál es el problema entonces?

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Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Desde 2014 soy socio fundador y director de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología; hice la dramaturgia del espectáculo 'Soníos negros', de la Cía. María del Mar Moreno; colaboro en Guía Repsol; y coordino la comunicación de la Asociación de Festivales Flamencos. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero', que organiza la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Accésit del Premio de Periodismo Social Antonio Ortega. Socio de la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) y de la Federación Española de Periodistas (FAPE).

José Merce, firmando en el libro del Ayuntamiento de Jerez
José Merce, firmando en el libro del Ayuntamiento de Jerez

Yo lo de José Mercé no me lo explico. Llevo desde el viernes pasado dándole vueltas tratando de encontrar una explicación a uno de los incidentes más surrealistas del Ayuntamiento de Jerez en años —lo cual es mucho decir—. Ni entiendo la gestión seguida desde el minuto menos uno por, recordemos, el segundo consistorio más endeudado de España, intervenido por Hacienda —meterse en soltar semejante pastizal por una actuación de una hora…—, ni entiendo la colosal y desproporcionada salida de tono del cantaor, que ha convertido la negociación que siempre debe ser discreta de lo que iba a ser un fin de fiesta por bulerías en una salida por peteneras arremetiendo contra todos: el Ayuntamiento y sus “ineptos”, los políticos y la clase política en general, y hasta poniendo en tela de juicio el nivel del flamenco actual en la ciudad —"hay más cantidad que calidad"—. En fin.

Pese al populismo barato y las reacciones de otros que están lampando por apuntarse a la bronca a las primeras de cambio, y que no han ido a un recital —aunque fuese gratis— en su vida, creo que Mercé se ha pegado un tiro en el pie por razones que en el fondo parece que solo su oficina artística y él conocen, a tenor de lo explicado, con documentos en la mano, por el gobierno local. Más allá de que el veterano artista de Santiago merezca todo el respeto por su dilatada y consagrada trayectoria artística, que por supuesto que lo merece, su reacción a un aplazamiento del concierto que iba a ofrecer el próximo sábado como pórtico de las Fiestas de la Vendimia 2021 es ilógica si se tiene en cuenta que, primero, lo pide por escrito su propia agencia de contratación y, segundo, tenía asegurado el 100% del dinero que había pedido al Ayuntamiento —esa casa, se supone, que es de todos y todas—.

Ya fuese con venta de entradas o con el pago directo del caché solicitado, muy superior como se ha dicho al que los agentes del artista demandan en otras localidades por el mismo recital, iba a cobrar lo mismo. Y por supuesto que Mercé puede querer ganar por un recital lo que le venga en gana, y hasta cantar gratis por amor a su tierra, pero si había pedido 33.000 euros y, sí o sí, los iba a cobrar, ¿cuál es el problema entonces? ¿Quizás se pensó en el último momento, ya con el contrato amarrado y pasado por el filtro legal de la junta de gobierno local, que la expectación no llegaría a colmar un aforo decente en un recital en el que hubiera que pasar por taquilla?

Quizás Mercé, como opinan algunos, temía ver un coso de la calle Circo medio desértico, un palo para el ego de un artista, jugando en casa, que arrasa por donde abre la boca

De siempre se ha dicho en Jerez que hay muchos aficionados al flamenco, al fútbol, a los toros… pero muy pocos dispuestos a dejarse los cuartos. En el caso del flamenco basta comprobar cómo las peñas de la ciudad ofrecen recitales de primer nivel de forma altruista y, si triunfan otros formatos culturales, es también por su gratuidad o por la tendencia perenne al gañoteo. El gratis total es sinónimo de éxito en este pueblo, aunque sea dolorosa y perversa esa costumbre, pero si hay que pasar por taquilla… ya tal. Siempre rondando los 30.000 parados y mucha economía sumergida. Quizás Mercé, como opinan algunos, temía ver un coso de la calle Circo medio desértico, un palo para el ego de un artista, jugando en casa, que arrasa por donde abre la boca. Pero es que el temor al vacío, 18 años después de acudir a su tierra de la mano del Ayuntamiento, tampoco debía ser tal.

Según Fiestas había 100 llamadas de media diaria pidiendo información sobre cómo conseguir las entradas y, según el artista ha declarado, habían confirmado hasta aficionados del resto de España. Que no, que no tiene ni pies ni cabeza esta  historia rocambolesca, esta especie de espantá donde todos son culpables menos quién toma la decisión de no comparecer.  ¿Por qué si iba a ganar lo mismo Mercé no quería que se vendieran entradas y que el recital fuese gratis? Hace unas semanas el Gran Teatro Falla puso a la venta las entradas para espectáculos en otoño y algunos de los artistas programados —Anabel Rivera y Clandestino, de Tino Tovar— las agotaron en cuestión de horas. ¿En serio si había tanta expectación no eran suficientes más de diez días para vender 2.000 y pico entradas a 20 euros? ¡Venga ya! Cualquier artista pop de primer nivel arrasa en taquilla con entradas casi al doble, ¿estará el problema aquí en otra cuestión que se nos escapa? ¿O en lo que se nos escapa precisamente está la cuestión? 

En este episodio con tan mal bajío todo el mundo ha quedado retratado, para bien o para mal, en una tierra a la que por suerte, si algo no le falta, es talento y mucho arte. En cantidad y calidad. Aunque muchos hagan menos ruido, tuviesen que emigrar, no sean profetas en su propia casa o cobren una miseria partiéndose la cara por un bolo. Dicho lo cual: aire, aire…

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Comentarios (2)

Frank Hace 2 años
No creo que en esta ciudad sea especial en relación a la gratuidad-no gratuidad de algo. Sin ir más lejos, en el pueblo de Cádiz, cada vez que dan gratis topolinos en una conocida heladería, las colas son interminables, para algo que es muy barato, pero que tiene el "atractivo" de que ese día es gratis. En cuanto a la actitud del artista, es extraña, más aún teniendo en cuenta que, por los documentos que se conocen, el posponerlo era idea de su representante. Lo podrían haber arreglado
Alvanure Hace 2 años
Pues si, hay algo raro en este suceso en nuestra ciudad. Pero veo que usted se decanta fácilmente en beneficio del ayuntamiento sin conocer los entresijos que la otra parte, de momento, no ha manifestado. No le parece extraño que después de dos meses de contactos entre las partes, a falta de diez días se vaya todo al garete? Y tampoco le extraña que haya malentendidos entre Mercé y su oficina, cuando llevan tantos años de actividad artística? Yo diría que más experiencia que el propi
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