Pocas infraestructuras logran cortar la respiración con la inmediatez del Desfiladero de los Gaitanes. Suspendido en el vacío, desafiando a la gravedad sobre las paredes verticales de roca, el Caminito del Rey se erige como una obra de ingeniería que trasciende lo funcional para convertirse en un monumento al vértigo y la belleza natural. Sus famosas pasarelas de madera, ancladas a más de 100 metros sobre el río Guadalhorce, ofrecen una panorámica que combina adrenalina y majestuosidad, consolidándose como uno de los reclamos más potentes del turismo de interior en Andalucía.
Esta espectacularidad no ha pasado desapercibida para el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, quien ha recomendado este sendero malagueño calificándolo como “una experiencia única para vivir en familia”. El dirigente autonómico ha mostrado su entusiasmo tras recorrer este trazado, subrayando el valor que aporta a la oferta turística de la comunidad. “¡Es una pasada y merece la pena! Y lo tenemos aquí, en Andalucía. El Caminito del Rey es uno de los grandes atractivos de la provincia de Málaga. Os animo a visitarlo”, ha destacado Moreno, invitando a ciudadanos y visitantes a descubrir este entorno privilegiado.
El presidente andaluz ha insistido en que la visita a este paraje va mucho más allá de una simple caminata física, resaltando la riqueza sensorial y cultural que envuelve al visitante durante el recorrido. Según sus palabras, este sendero “no es solo un camino. Es naturaleza, aventura, historia, bonitos paisajes... Y nunca deja de sorprenderte”. Esta combinación de elementos convierte la ruta en una experiencia inmersiva, ideal para los amantes del turismo activo, siempre y cuando no sufran de vértigo.
Un legado histórico inaugurado a principios del siglo pasado
Para comprender la magnitud de este lugar es necesario remontarse a principios del siglo XX, concretamente al año 1905, cuando la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro inició su construcción. Originalmente, no se concibió como un destino de ocio, sino como una infraestructura industrial nacida de la necesidad de conectar los saltos de agua del Gaitanejo y el salto del Chorro. Los operarios requerían un paso para el mantenimiento y el transporte de materiales entre ambos puntos, dando lugar a este estrecho sendero de apenas un metro de ancho adosado a la roca viva.
El hito que bautizó definitivamente al lugar ocurrió años después de finalizar las obras, cuando el monarca Alfonso XIII se desplazó hasta la zona en 1921. El Rey acudió para inaugurar la presa del Conde de Guadalhorce y, para ello, cruzó las pasarelas que unían la garganta del desfiladero. Fue a partir de ese momento histórico cuando los habitantes locales comenzaron a referirse al lugar como el Caminito del Rey, una denominación popular que ha perdurado hasta la actualidad y que hoy es una marca reconocida internacionalmente.
Reconocimiento a la gestión y recuperación
La transformación de aquel antiguo paso de servicio, deteriorado por el paso del tiempo, en la segura y premiada atracción turística actual ha sido fruto de un complejo proceso de rehabilitación institucional. En este sentido, Juanma Moreno no ha querido dejar pasar la oportunidad para reconocer la labor política y técnica detrás del proyecto. El presidente de la Junta ha dado la “enhorabuena a todo el equipo y a Elías Bendodo, que fue el impulsor de la recuperación de este apasionante proyecto”, señalando la importancia de la gestión para poner en valor el patrimonio andaluz.


