"No llegamos para Nochebuena", dice uno de los camioneros andaluces atrapados en Reino Unido, tras el cierre de fronteras con Francia para evitar la propagación de la nueva cepa del coronavirus. Desde el domingo está en su camión, comiendo los alimentos que lleva en cada viaje, racionando bien cada comida, y haciendo sus necesidades donde buenamente puede. "Estamos todos muy cabreados", dice, aunque prefiere no dar su nombre.
José Guerrero es el propietario de Transportes Guerrero, una empresa andaluza que mantiene relación comercial con Reino Unido. Ninguno de sus transportistas se encuentra retenido en tierras británicas —se han librado por poco—, pero comenta, en declaraciones a lavozdelsur.es, que "el Gobierno no les está ayudando". "Tengo a compañeros que están allí y lo están pasando bastante mal", comenta. "Llevan dos días en un parking sin saber qué hacer".
Los transportistas retenidos en Reino Unido deberán someterse a pruebas de coronavirus antes de regresar a sus casas. Francia ha anunciado este miércoles que se reanudan los viajes por tierra, mar y aire con Reino Unido, aunque la acumulación de vehículos hace imposible que lleguen a tiempo a sus hogares para celebrar la Nochebuena en familia.
Los transportistas andaluces, unos 600 en total —entre 7.000 y 10.000 de toda España—, deberán dar negativo en la prueba del covid-19. Una vez la tengan, podrán cruzar el Canal de la Mancha e iniciar el regreso a casa, que dura entre dos y tres días desde el condado de Kent, donde se encuentran varados desde el pasado domingo, cuando Francia cerró su frontera con Reino Unido.
"Tendrían que darle una solución ya", expresa José Guerrero, quien asegura que "no les dejan hacer nada", y que pasan las horas en un parking, "sin cuartos de baño, ni víveres, y sin estar atendidos. Están como animales tirados allí en medio". Su empresa, Transportes Guerrero, envía camiones cada semana a tierras británicas, donde transporta aceite de oliva y vinagre, principalmente. "No nos ha pillado de milagro", comenta.
"No hemos vivido una situación como esta en la historia", asegura Antonio Amarillo, presidente de la Federación Andaluza de Transportes (CETM Andalucía), en declaraciones a Canal Sur. Amarillo critica que los transportistas se encuentran "desamparados", y lamenta que sumen "otra desgracia más en el año que llevamos de pandemia". Para él, es "incomprensible" y "lamentable" esta situación, ya que debía haberse dejado pasar hasta Francia a los transportistas que ya estaban en tránsito y haberse hecho pruebas del covid-19 en su destino.
"No se puede hacer nada, se le tendrá que pedir responsabilidades a Francia cuando pase todo esto porque no ha sido la actitud más adecuada", sostiene Amarillo, quien lamenta los perjuicios económicos ocasionados a los camioneros, ya que muchas de las mercancías que transportan —"un gran porcentaje"— no venían a España, sino que tenían escala en el territorio francés. "Es una situación kafkiana", considera el presidente de los transportistas andaluces.
Transportes amplía el límite de conducción
El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha aprobado este miércoles una resolución para extender el límite de conducción diaria y ampliar el máximo de conducción bisemanal a 96 horas, para facilitar la vuelta de los camioneros atrapados en la frontera entre Reino Unido y Francia.
La resolución tendrá efectos hasta el próximo 13 de enero y pretende flexibilizar los tiempos de conducción y descanso de los transportistas españoles y permitir la posibilidad de realizar el descanso semanal normal en el vehículo, ya que exceptúa los límites a la conducción diaria y suspende el límite de nueve horas y de diez horas dos veces a la semana.
La cartera que dirige José Luis Ábalos pospone también el inicio del descanso semanal transcurridos seis periodos de 24 horas, reemplaza el máximo de conducción bisemanal de 90 a 96 horas y permite que el conductor tome su descanso semanal normal en el vehículo, siempre y cuando el vehículo vaya adecuadamente equipado para el descanso de cada uno de los conductores y esté aparcado.
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