La fiebre del Nilo Occidental vuelve a estar en el centro de la atención sanitaria tras confirmarse el fallecimiento de un hombre de 77 años en Extremadura. El paciente, perteneciente al Área de Salud de Don Benito-Villanueva, se encontraba ingresado en el hospital de la localidad. El Servicio Extremeño de Salud informó que en lo que va de 2025 se han registrado once casos, de los cuales cuatro permanecen hospitalizados. Un dato que incrementa la inquietud en torno a una enfermedad cuya circulación no deja de crecer.
En Andalucía, varios municipios permanecen en estado de alerta tras detectarse mosquitos portadores del virus en trampas situadas a menos de kilómetro y medio de núcleos urbanos. Pulpí, El Pedroso, Huelva y Benalup-Casas Viejas figuran entre los últimos en activar el protocolo, que mantiene una duración de cuatro semanas y puede prolongarse en caso de confirmarse nuevos focos. Mojácar, por su parte, salió de la lista el pasado 10 de septiembre.
El martes pasado, un vecino de Gelves (Sevilla) de 66 años fallecía en el Hospital Muñoz Cariñanos de Sevilla, donde había estado ingresado desde el 24 de agosto de 2024 tras ser picado por un mosquito que le transmitió el virus del Nilo y le provocó tetraplejia.
Andalucía, epicentro de los focos detectados
Entre julio y agosto se han hallado mosquitos vectores en las pedanías almerienses de Retamar-El Toyo y El Alquían, además de Zurgena y Castilblanco de los Arroyos. También se ha confirmado circulación del virus en 15 municipios y dos pedanías, aunque no todos han requerido activar el estado de alerta. Los últimos en sumarse han sido la ciudad de Huelva y Benalup-Casas Viejas.
De los 108 municipios en riesgo alto en Andalucía, se ha detectado el virus en localidades como Castillo de las Guardas, Moguer, Barbate, La Puebla de los Infantes, Lebrija o Villamanrique de la Condesa. En total, cuatro corresponden a la provincia de Almería, 16 a Cádiz, 11 a Córdoba, cuatro a Granada, 15 a Huelva, siete a Jaén, nueve a Málaga y 43 a Sevilla. Ninguno de ellos ha alcanzado el nivel de alerta sanitaria.
Pese al incremento en el número de trampas colocadas en todo el territorio, la Junta ha señalado que este año se observa menor circulación del virus en comparación con 2024. No se han detectado mosquitos infectados en Córdoba, Jaén, Granada ni Málaga, aunque sí en Sevilla, Almería, Cádiz y Huelva. Un patrón que refleja la persistencia del riesgo, aunque con variaciones territoriales.
La fiebre del Nilo Occidental es una enfermedad transmitida a través de la picadura de mosquitos infectados. En la mayoría de los casos –aproximadamente un 80%– no se presentan síntomas. Sin embargo, dos de cada diez personas pueden sufrir fiebre, dolor de cabeza, cansancio, vómitos o erupciones cutáneas. Los casos graves, aunque poco frecuentes, pueden derivar en complicaciones como encefalitis, parálisis o incluso la muerte. No existe vacuna ni tratamiento específico, y la prevención depende exclusivamente de medidas para evitar la picadura: uso de repelentes, ropa larga al anochecer, mosquiteras y la eliminación de aguas estancadas en hogares y espacios públicos.
