El día de la primera comunión es especial para muchas familias que, con esmero, se encargan de organizar un evento emotivo para celebrar el sacramento. Todo debe estar listo para disfrutar de una velada inolvidable. Sin embargo, no siempre sale como se esperaba. Carlos, jerezano, había preparado con cariño el gran día de su hija. Para ello, decidió contratar el servicio de Catering Martínez con cuatro meses de antelación, pero le jugaron una mala pasada.
Según cuenta a lavozdelsur.es, el pasado 21 de mayo vivieron un “caos”. La empresa jerezana —con más de 15 años de experiencia en el sector, según su cuenta de Facebook— se desplazó a la casa que alquiló la familia en Chipiona con sus menús, una encargada y tres camareros.
“Nos encontramos con mesas para 15 personas con solo tres platos de queso cada una, que, cuando destapabas, veías ocho cañitas finas como el papel. Además, salían moscas de dentro de unos platos que no estaban tapados”, se queja Carlos, que denuncia la cantidad insuficiente de comida para los 14 niños y 21 adultos que asistieron al evento.
"Solo había tres platos de ensaldilla para 15 personas"
A medida que iban acercándose a las mesas, comprobaban que de algunos platos seguían saliendo moscas. “En uno había ocho gambas con un montón de coliflor cortada y de ensaladilla solo había tres tapas para quince. Los chocos fritos eran finos y estaba duros como si mataras a una lagartija y la dejaras al sol a secar”, manifiesta el jerezano, descontento con el servicio.
Los invitados comieron adobo “más negro que el volcán de La Palma” y, cuando de plato principal, en vez de carrillada -que era la opción solicitada- se encontraron con solomillo. “Estaba duro, feo, y con tres patatas congeladas”, se queja el padre que quedó asombrado cuando una familiar se dirigió a la cocina.
Según observó, la bandeja de chocos estaba llena de moscas. “Hija, ¿no le da nada a usted de tener eso así?”, le preguntó. A lo que contestó: -“¿Qué hago si hay moscas?”. Algunos adultos se acercaron a la mesa de los niños para coger tortilla. "Estábamos esmayados", comenta.
Para su sorpresa, cuando finalizó la comunión, Carlos asegura que la encargada se llevó toda la comida y bebida que no se había consumido. “Pagamos casi 800 euros por el servicio, este señor me pedía el dinero por adelantado y nos quedaba por dar 120 euros que no le iba a dar”, explica el jerezano que debía abonar 25 euros por cada adulto y 12 por cada niño. Hicieron un gran esfuerzo para que su hija pudiera tener la comunión que merecía. "Nos ha costado la misma vida juntar este dinero para que ahora haya salido así", expresa el jerezano.
La familia ha querido compartir su experiencia para que “no engañen a más gente”. Aunque, según se observa en las reseñas de Google sobre este catering, no han sido los primeros.
“El servicio es horroroso, no cumplen con su contrato, dejan los platos sin poner. Incluso no cortan la tarta de la niña, que era diferente a la seleccionada”, comenta uno de los clientes. El catering tampoco ha agradado a otra familia que destaca la “mala organización del servicio”. Según escriben, “cocinan en tu cocina con utensilios y tus ingredientes y te lo dejan todo patas arriba”.
Un abuelo se ha sumado a las críticas tras acabar la comunión de su nieta en una finca con 25 invitados. “Nos llevamos la sorpresa de tener que ponernos a trabajar colocando los platos, las servilletas y los cubiertos en las mesas y no cumplió con la tarta”.
Este medio ha intentado contactar con el catering, que también organiza bodas, bautizos, graduaciones y otros eventos, sin respuesta.
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