Así trabaja un rastreador en Andalucía: "Hay desorganización porque es todo muy nuevo"

La comunidad andaluza cuenta con más de 8.600 rastreadores repartidos entre sus provincias, una cifra que la comisión de expertos a la que la Junta encargó un balance de gestión considera insuficiente

Ilustración de una rastreadora de coronavirus en Andalucía.
Ilustración de una rastreadora de coronavirus en Andalucía. MANU GARCÍA

¿Qué hace exactamente un rastreador? Andalucía cuenta, según datos de la Junta, con 8.662 repartidos por toda la comunidad, que cada jornada llaman a contagiados por coronavirus y escudriñan sus últimos contactos para seguir la pista de la covid-19 y aislar a las personas que den positivo o hayan estado en contacto con un contagiado. Al inicio de cada turno se consultan los nuevos positivos detectados en las últimas horas. Una vez repartido el trabajo entre los rastreadores de cada distrito sanitario, se llama para recopilar una serie de datos.

“Hay cierta desorganización porque es todo muy nuevo”, reseña un rastreador contratado en Andalucía en declaraciones a lavozdelsur.es. Estos profesionales, que suelen ser sanitarios, explican a los positivos y sus contactos que deben aislarse y cómo hacerlo. “Hay mucho desconocimiento sobre este asunto”, apunta el citado rastreador, “a mucha gente le cuesta entender que, si vive con más personas, tiene que aislarse en una habitación y evitar el contacto. Eso es lo más difícil, porque hay quien dice que lo hará pero por su tono de voz sabes que no lo hará”.

Los contactos estrechos son aquellos que hayan tenido personas que se encuentren a menos de dos metros de un positivo y durante más de 15 minutos. “Tenemos que llamar a los que hayan estado en contacto con el positivo dos días antes de que haya empezado con síntomas o, si es asintomático, dos días antes de la realización de la prueba”, explica el rastreador. “Muchas veces somos nosotros los que damos la noticia”, explica, “y hay gente que se pone muy nerviosa”. También hay quien se niega a dar información por teléfono “porque no se fía” o quien se niega a aislarse, pero son los menos. “La mayoría lo hace bien”, dice.

Luego, es el médico de cabecera quien hace el seguimiento a los pacientes contagiados y a sus contactos. “La información que recopilamos la pasamos a los centros de salud”, señala el rastreador. “Así está la Atención Primaria, saturada”, añade. En los casos en los que haya positivos o contactos de escolares, hay que ponerse en contacto con el centro educativo para que tome las medidas oportunas. Lo peor, asegura, “son las dificultades tecnológicas que nos encontramos, que nos retrasan, y la descoordinación”.

“Hay que disponer de herramientas tecnológicas y del número suficiente de rastreadoras y rastreadores debidamente formados, vinculados a los servicios de epidemiología y medicina preventiva”, recoge el informe realizado por la comisión de expertos a la que la Junta encargó un balance de la gestión de la pandemia en la región. Andalucía cuenta con 8.300 rastreadores sanitarios y otros 360 pertenecientes a las Fuerzas Armadas, a los ejércitos del Aire, Tierra y la Armada, así como a la Unidad Militar de Emergencias, que prestan apoyo en estas tareas. Sin embargo, no es suficiente, como confirman los expertos citados, un equipo compuesto por 24 profesionales de Medicina, Enfermería y Veterinaria, que realizaron 208 propuestas de mejora.

“Se deberían homologar en toda la comunidad autónoma las competencias de los rastreadores, que no deben quedar reducidas a cuántos y cuáles son los contactos del caso, sino que deben ser ampliadas a controlar el cumplimiento del obligado confinamiento”, relatan los expertos. “Actualmente, el número de rastreadores por provincia no se corresponde con el número de casos, con unas diferencias inexplicables; no existe ninguna planificación ni criterios para determinar el número de rastreadores necesarios para dar una cobertura adecuada a la evolución de la pandemia; es necesario hacer una planificación real de las necesidades de rastreadores según la incidencia de casos nuevos por día, el número medio de contactos por cada caso y los tiempos medios que vamos a dedicar a cada una de las actividades incluidas en el proceso de rastreo”.

El balance de gestión y propuestas de mejora pandemia Covid-19 en Andalucía, que es como se llama el informe emitido por la comisión, también recoge que “se deben asignar supervisores a todos los equipos de rastreo de contactos para permitir el apoyo técnico y logístico, la solución de problemas y la supervisión de la calidad”, o que “es recomendable que las personas que vayan a reforzar a los centros de salud para el rastreo, aunque no sean sanitarios, se incorporen a dichos centros o al Distrito Sanitario o al área de gestión sanitaria y se mantenga la organización para la identificación y el seguimiento de sus casos y contactos a nivel local”.

Los expertos señalan que “las operaciones de rastreo de contactos requieren un mayor grado de coordinación y se recomienda que el personal con experiencia en gestión trabaje junto con el de salud pública”, y que haya un rastreador por cada 4.000 o 5.000 habitantes. “Para mejorar el déficit”, insisten, apuestan por la “formación precoz de personal (sanitarios, estudiantes de grados de Ciencias de la Salud, con carácter voluntario, no sanitarios) en torno a la enfermedad”, además de por la “contratación de dicho personal para rastreo de casos”.

"Las estrategias de control de contactos son mejorables y es necesario que éstas se realicen por personal, tanto facultativo como no facultativo, formado adecuadamente. Todo ello de forma independiente a las labores de Atención Primaria con el fin de priorizar recursos para consultas clínicas", agregan los expertos. Para ello, la Junta anunció en septiembre el refuerzo de las horas de atención continuada de médicos y enfermeras fuera de su horario ordinario y la contratación de un centro de llamadas adicional con 30 agentes en modalidad de teletrabajo para apoyo a rastreadores, con el incremento de más de 5.300 horas mensuales de los operadores de Salud Responde.

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Francisco Romero

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

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