Un sueño de hace tiempo que involucra al asociacionismo y a una gran multinacional, además de otras empresas del entorno. Todo, por un fin. Es la nueva Casa Ronald McDonald de Sevilla, un inmueble muy cerca del hospital Virgen del Rocío, para que los pacientes infantiles, en muchos casos con cáncer, tengan un segundo hogar mientras reciben tratamientos de larga duración.
El inmueble se ubica en una parcela de 3.000 metros cuadrados, cedida por el Ayuntamiento de Sevilla. Blanca Moreno, de la Fundación, explicaba que este era un anhelo de hace años. Tras ponerse en marcha en Málaga esta misma iniciativa, ya venía rondando la idea de hacerlo en Sevilla. Hace 11 años. Pero no fue hasta 2020, aquel año nefasto, cuando surgió la luz.
La fundadora de Andex, María Luis Guardiola, fue la primera en moverse. Es la asociación de familias de niños con cáncer. Al estar en marcha Málaga, no había fondos. Luego llegó Eva Luna, madre de Marco Luna, que acababa de fallecer, pero que no ha hecho decaer la lucha de su familia a través de una asociación. La Fundación El Gancho, con Marta Baturone a la cabeza, sigue en ello y logra que una comitiva de McDonald's desembarque en Sevilla, desde Madrid, apenas se levantan los confinamientos de 2020. Ahí surge la idea de la cesión del terreno, y cuando más negro se ponía todo, más se avanzaba.
La recaudación del reto 'Tu casa azul', de El Gancho, logra que se involucren entidades, asociaciones, empresas y hasta particulares. Este enero de 2024, al fin, en paralelo al acto, que ha reunido a mucha gente en las instalaciones, ya tiene a pequeños pacientes con sus familias.
En la práctica, el inmueble parece un apartahotel, con 20 casitas espaciosas adaptadas cada una para hasta 5 personas, que desembocan a través de puertas cristaleras en un jardín central. No muy diferente a esos hoteles para familias de la costa, aunque se suman ludotecas, por ejemplo, y adaptación a personas con movilidad reducida.
A esta instalación acudirán familias tras la propuesta de la Unidad de Trabajo Social del Virgen del Rocío, aunque a la casa se podrán derivar también de otros centros del SAS. Los criterios para los usuarios son la gravedad, la necesidad, la distancia del hogar de origen, la situación económica o número de hermanos.
Ana María, madre de un niño que fue usuario de esta casa en Málaga, explicaba en el acto la importancia que tuvo "no alejarse nunca del niño" durante el proceso. "Muchas familias que no son de Sevilla y son tratadas aquí, podrán resolver un problema que a veces se hace insostenible. Es estar meses fuera de casa, costeándote comida, alojamiento, transporte... Y eso es inviable".
Hacer de estos lugares un hogar para los pacientes, para sus hermanos y para sus padres hace que "no todo sea tan gris". Y además surge "hermandad" entre las familias afectadas, encontrando en ese entorno, en esta residencia temporal, "una sensación que por muy increíble que sea el personal del hospital nunca se puede conseguir si no es en un hogar como este".
Entre los invitados, había autoridades, empresarios, pero también muchos médicos, o incluso alguna personalidad reconocible que, de una manera o de otra, por las razones que sean, se han querido involucrar en este proyecto. El alcalde, José Luis Sanz, incidía en que "estamos inaugurando una auténtica casa de la esperanza que además de la gran labor que presta a los pacientes y sus familias, refuerza la imagen de la ciudad de Sevilla".
Entre los asistentes, también entidades como el Real Betis y el Sevilla. El presidente de honor verdiblanco, Rafa Gordillo, departía antes del acto con el nuevo presidente de Nervión, José María del Nido jr. Y por allí asomaban Cantores de Híspalis, que incluso actuaron para amenizar el acto.
La lista de quienes han aportado para hacer esta casa posible es larga. Un gesto impulsado por una multinacional cuyo nombre va bien identificado en la entrada. Algo que, incluso, será criticado por algunos que esperan que estas medidas las tomen directamente las administraciones. Pero que le pregunten a las familias que ya necesitaban esta casa, venía a decirse en algún corrillo, si querían esperar. 20 familias irán rotando y haciendo algo más vivible una experiencia que nadie quiere vivir.
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