Un estudio del Centro Nacional de Epidemiología publicado el pasado noviembre ha detectado un aumento de la incidencia de la sarna en España. Un crecimiento que venía produciéndose desde 2014 pero que la pandemia ha acrecentado.
Es una enfermedad de la piel producida por un ácaro llamado 'Sarcoptes scabiei'. El ácaro de la sarna es un parásito muy pequeño, "como una arañita", según apunta la Asociación Española de Pediatría, que infecta el interior de la capa más superficial de la epidermis, donde vive y se reproduce.
Normalmente, la sarna se contrae por contacto con otra persona. Se dice que la sarna afecta sólo a las familias pobres y niños descuidados, pero los dermatólogos insisten en que cualquiera puede sufrir esta infección.
Se producen secreciones tóxicas responsables de reacciones muy alergénicas para el ser humano. A veces pasa hasta un mes sin que el individuo note picazón o inflamación, dos síntomas clave en la sarna.
Entre los signos y síntomas de la sarna se incluyen los siguientes:
- Picazón, por lo general grave y peor durante la noche.
- Galerías excavadas finas e irregulares compuestas de pequeñas ampollas o protuberancias en la piel.
Puede afectar a todo el mundo, no obstante, como informa la OMS, los grupos más vulnerables son los niños pequeños y las personas mayores y las tasas más altas de infestación se registran en países de climas cálidos y tropicales, especialmente en las comunidades en que coexisten el hacinamiento y la pobreza, y en las que el acceso al tratamiento es limitado. De hecho, la sarna es endémica en muchas zonas tropicales con pocos recurso.
La sarna puede tratarse eficazmente con la crema de permetrina. Como cualquier crema que se aplique para tratar la sarna, debe extenderse por todo el cuerpo. Este tratamiento tiene un efecto secundario: ardor y escozor leves.
Otro tratamiento frecuentemente indicado por los dermatólogos es la loción de lindano. Se aplica en una o dos dosis y no presenta efectos secundarios.
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