El Congreso ha rechazado la propuesta de reducción de la jornada laboral impulsada por Yolanda Díaz. La iniciativa, que buscaba rebajar la semana de trabajo a 37,5 horas, fue tumbada tras coincidir los votos de PP, Vox y Junts. La decisión obliga a reiniciar el proyecto, considerado una de las medidas centrales de Sumar.
Pese al revés parlamentario, la vicepresidenta segunda ha puesto en marcha un plan alternativo desde el Ministerio de Trabajo. El departamento prepara un endurecimiento del registro horario, que pasará a ser exclusivamente digital e incluirá sistemas de identificación personal. Según ha adelantado la Cope, el Ejecutivo puede introducir esta modificación por vía reglamentaria, sin necesidad de aprobación parlamentaria.
El objetivo de este nuevo sistema es reforzar el control de las horas extra, uno de los aspectos más opacos del mercado laboral. En 2024 se registraron 27 millones de horas extraordinarias, de las cuales un 40% no fueron remuneradas, de acuerdo con datos del INE. El Gobierno pretende que el control digital evite abusos y aporte mayor transparencia, mientras responde a las patronales, que advierten de un impacto económico negativo si se reduce la jornada, especialmente en hostelería, comercio y agricultura.
Un golpe a la coalición
La derrota en el Congreso ha sido interpretada como un golpe político para Díaz, ya que la medida no solo formaba parte de la agenda de su ministerio, sino también de la estrategia de Sumar frente al PSOE. Junts argumentó que la propuesta afectaba a pymes y autónomos, mientras que PP y Vox criticaron lo que consideran una iniciativa de carácter ideológico.
El nuevo registro digital no solo busca vigilar el cumplimiento de la jornada, sino también ajustar con mayor precisión el salario en función de las horas trabajadas. Con esta herramienta, el Ejecutivo confía en reforzar la protección de los trabajadores y garantizar que el tiempo extra se traduzca en una compensación económica adecuada.


