Las redes sociales no son más que la realidad de la calle pero trasladada a internet. Hay diversidad de opiniones y algunas pueden, a veces, sorprender. Pero no son más que el reflejo de lo que pasa, de lo que se opina, de lo que se piensa.
En este caso, hay un testimonio en redes escrito por la persona que confiesa haber sido autora de la agresión a un médico en el centro de salud del Arroyo, en el centro de Jerez.
En una respuesta a una publicación sobre este suceso, esta persona, de la que no se dará en esta noticia su nombre, afirma: "Fui yo, que cuenten que el médico y el seguridad nos echaron de la consulta con dos bebés en brazos, empujándonos. Me pegó el seguridad un guantazo, me tiró el móvil, y nos iban cayendo con los niños en brazos. Entonces, sí, le di un guantazo en toda la cara al médico, que bien que hice, se merecía uno no, tres", señala en un primer mensaje.
En una segunda respuesta, añade: "Por cierto, la discusión empezó porque no quería mirar al niño ni la garganta ni los oídos, directamente mandarle antibióticos, sin mirarlo ni querer recetarme suero, y pidiéndole su nombre para poner una hoja de reclamaciones. No nos la daba, entonces, llamamos a la Policía y el seguridad me quitó el móvil, lo tiró al suelo y empezó a agredirnos a mi y a mi cuñada, cada una con un bebé en brazos, los sinvergüenzas".
En un tercer mensaje, añade que los niños estaban "ahogados en mocos y asfixiados, solo pedimos hoja de reclamaciones y se negó a darme su nombre". Llega a decir questa persona que "sacó la porra y me dio en las piernas, nos echaron de la consulta con los dos bebés, y me dio el seguridad un guantazo, entonces una vez fuera, sí, lo acepto, le di un guantazo al médico, no se merecía uno, se merecía muchos mas, pero bueno, que cuenten las cosas como son".
Este relato en el que reconoce la agresión tiene algo de justificación y puede entenderse que sucedieron cosas que podrían ser juzgables. De hecho, el SAS pone a disposición de los sanitarios asesoría para ofrecer respuesta a cualquier agresión.
Sorprendentes mensajes de tolerancia y comprensión... hacia la persona agresora
El problema está además en que en esa misma publicación, muchas personas dejan mensajes marcados por el "contra la violencia, pero", una argumentación que a menudo viene a justificar o a tolerar los ataques a sanitarios. "La violencia no está bien, pero hay que saber las dos partes, porque a veces por llevar una bata tiene derecho a jugar con las personas, hay profesionales que no tiene corazón ninguno y lo digo por experiencia".
Otro mensaje: "Violencia no. Pero yo hoy he tenido que pedir cambio de médico para mí y mis hijas porque la incompetencia pasa ya los límites. Y eso que no suelo ir mucho gracias a dios. Cada mes hay que llamar para que me active el tratamiento para alergia que necesito a diario, tooodos los meses llamar, parece que la pastillita la paga ella. Y como esto dos o tres cositas más que por lógica necesito especialista y no hay manera "de convencerla". ¿qué hago? Pues cambiar de médico. No hay de otra.
"Funciona tan mal la sanidad que no me extraña que más de uno pierda los papeles, y no estoy justificando ningún acto de violencia", dice otro mensaje. "Ya son tantas las personas que han recibido un trato deleznable, indignante y, en algunos casos, degradantes por parte del personal sanitario, que ya la gente se pone de parte del agresor/a… Porque sabemos lo que hay detrás de cada agresión".
Más en la misma publicación: "La violencia no está justificada, eso es. Pero tampoco hay derecho del trato que recibimos de algun@s médicos y enfermer@s que al médico no se va por gusto". Otro con la misma estructura: "La violencia no es buena pero algunos médicos parece que no le gusta su profesión". Más: "Nada justifica la violencia pero algunos funcionarios se tienen que poner las pilas". Una construcción similar de la frase en otro comentario, insistimos, de la misma publicaicón: "Yo no estoy a favor de la violencia pero algun@s se creen el derecho de decirte lo que sea y una se tiene que callar a mí una vez me pasó".
La innegable situación de dificultad por la que pasa la sanidad pública, donde a menudo se hacen malabares para atender a todos los pacientes, sobresaturando a los profesionales, no puede justificar nada una agresión verbal o física. Como nunca antes, parece, el mensaje de tolerancia a estas agresiones está calando. Los mismos sanitarios a los que mayoritariamente se les aplaudía hace no tanto por su valor en una situación peligrosa hoy deja paso a que muchas personas comprenden que haya quien les agreda.
Por ello, una vez más, hay que hacer un llamamiento a la concienciación: una discrepancia, para la cual hay canales de queja de usuarios, nunca puede suponer una justificación de ningún tipo de violencia. En Jerez, son dos agresiones conocidas este miércoles y jueves, pues después de la del Arroyo ocurría otra en otro centro de salud con guardias de urgencias, el de la Milagrosa.
