No hace ni ocho meses, María Jesús Montero, vicepresidenta del Gobierno y candidata en menos de un año a la presidencia de la Junta de Andalucía, mostraba su confianza de manera tajante en Santos Cerdán, secretario de Organización de los socialistas hasta la tarde de este jueves.
"Pongo en la mano en el fuego por Santos Cerdán", afirmaba en noviembre de 2024 durante su intervención en la comisión de investigación del Senado sobre la compra de mascarillas y la presunta red de comisiones ilegales. También aquel día, la número dos del Ejecutivo calificaba de "una barbaridad" que se hubiese vinculado a Víctor de Aldama, su exjefe de gabinete, en el Caso Koldo.
Apoyo antes del informe de la UCO
Pese a la creciente presión mediática y política, Montero reafirmó su postura apenas unas horas antes de que se conociera un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que situaba a Santos Cerdán como pieza clave en el supuesto entramado.
En el referido documento, los agentes lo señalaban no solo como partícipe en el cobro de comisiones ilegales, sino como el responsable directo de una red vinculada a adjudicaciones amañadas. Las declaraciones de la ministra de Hacienda se produjeron tras los registros policiales en la vivienda de José Luis Ábalos, otra figura central en la investigación.
Las palabras de Montero, que trasladó "toda" su confianza en Cerdán en ese contexto, se ven ahora bajo un nuevo foco tras los avances de la investigación. La vinculación del dirigente socialista con el caso ha llevado al presidente Pedro Sánchez a pedir perdón.
En la misma línea se ha situado la líder del PSOE andaluz: "Somos un partido y un gobierno honesto. Por eso es un día triste. Pedimos perdón por un comportamiento que no nos representa y ante el que reaccionamos con contundencia. Trabajaremos para que la verdad y la ejemplaridad en la vida pública se abran paso, cueste lo que cueste", ha señalado en sus redes.
