“Que nos ataquen es de manual, ser ecologista conlleva un riesgo, pero 15 años después se ha demostrado que llevábamos razón, por lo que sentimos cierta satisfacción, pero también indignación porque no conseguimos paralizar la construcción de la central térmica”. La frase es de José Luis de las Heras, quien fuera miembro de la plataforma No a las térmicas, formada por asociaciones ecologistas, partidos políticos y ciudadanos de Arcos de la Frontera y alrededores, que se rebelaron contra Iberdrola, una empresa que ahora se ha sabido que presionó políticamente, a través del comisario Villarejo, para que la central térmica se construyera.
"Hay que crearles focos de conflicto para que estén más preocupados con los putos conflictos que con nosotros", llegó a decir Antonio Asenjo, director de seguridad de Iberdrola, en conversación con Villarejo, en referencia a las asociaciones ecologistas que se oponían a la central térmica, según revelan El Confidencial y Moncloa.com. Asenjo ya ha sido despedido tras hacerse públicas estas informaciones. "A nivel de plataforma, hemos metido cinco tíos allí. Sobre todo dos de ellos, que son muy buenos", le llegó a decir Villarejo.
José Luis de las Heras, que vivió de cerca esas movilizaciones, asegura que los miembros de la plataforma “sospechaban” que los estaban espiando, “porque algunas personas que participaban en las manifestaciones tenían un mensaje contradictorio, pero no sabías si por desconocimiento o porque querían medrar en la organización”, señala en declaraciones a lavozdelsur.es.
“Nos llamaban agoreros, pero se ha demostrado que los ecologistas luchamos por el bien común, para que respiremos un aire limpio”, sostiene el antiguo miembro de No a las térmicas, que se disolvió cuando se confirmó que la central térmica se terminaría construyendo. “Cundió el desánimo”, recuerda De las Heras, cuando se dieron cuenta de que no podían "hacer nada porque ya estaba todo firmado”.
La entonces alcaldesa de Arcos, la socialista Pepa Caro, llegó a la Alcaldía gracias a una campaña basada en la oposición a la central térmica —el proyecto nació durante el mandato del popular Juan Manuel Armario—, aunque “nuestra sorpresa fue que pasó del no a la térmica al sí a la térmica en cuanto empezó a gobernar”, recuerda José Luis.
Este giro de guión vino precedido de la expulsión de Arantxa Azcúnaga, concejal de Medio Ambiente de Arcos donde IU gobernaba en coalición con el PSOE, por la “pérdida de confianza” de la alcaldesa en ella. Azcúnaga nunca cesó en su oposición a la central térmica y eso le costó el puesto. Ella fue una de las espiadas por el equipo de Villarejo. “Creía que este era un país donde su policía utilizaba los medios para otras cosas y no para espiar a ciudadanos, y a una plataforma vecinal, a gente de un pueblo de menos de 30.000 habitantes. Me ha parecido una auténtica vergüenza”, señala Azcúnaga en declaraciones a Diario de Cádiz.
El Ayuntamiento arcense, todavía gobernado por PSOE e IU, se personó en los tribunales para intentar frenar la licencia de construcción de Iberdrola, pero el recurso no prosperó. “Llegó un momento en el que no podíamos hacer nada, la central tenía todos los permisos”, señala De las Heras, quien añade: “Nos oponíamos porque la veíamos innecesaria”. La compañía, de hecho, solicitó en 2014 al Ministerio de Industria el cierre y desmantelamiento de las instalaciones, pero su petición fue denegada por los problemas de suministro que podría ocasionar en la zona.
La investigación realizada por El Confidencial y Moncloa.com desvela que Iberdrola contrató a Villarejo para que se infiltrara en los movimientos ecologistas o para que recabara información sobre los políticos, ecologistas y el juez que debía pronunciarse sobre el recurso presentado por la plataforma. E incluso para que pusiera a la opinión pública a su favor mediante encuestas y campañas de publicidad contratadas con medios de comunicación de Arcos y Jerez, donde invirtió cantidades cercanas a los 7.000 euros para crear una corriente de opinión favorable a la central térmica.
Supuestos pagos a la Junta
El excomisario Villarejo también espió, supuestamente, a Endesa, competencia de Iberdrola, para que investigara el supuesto boicot a su central térmica de Arcos. "Tenemos una pista de una cuenta que es muy buena, que es Suiza, Andorra y Gibraltar: Endesa está pagando a la Junta. Para mí esa es la pista mejor. Porque luego parte de esta pasta (…) es la que ha estado alimentando el acoso hacia nosotros", asegura el comisario a Asenjo en conversación con Villarejo.
Un informe del excomisario de julio de 2004 apunta a la existencia de cuentas y sociedades relacionadas con Endesa y con políticos del PSOE en las Islas del Canal, la Isla de Jersey o las Islas Caimán. "Siguiendo la línea argumental de las investigaciones que se están llevando a cabo para detectar estos pagos encubiertos de Endesa, a partir de esta fecha, se detectó la desviación de casi 15 millones de euros a principios de 2003 y otro a finales de año por un importe no cuantificado exactamente, pero según las fuentes consultadas era sensiblemente inferior al anterior", asegura el comisario en el citado documento.
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