¿Quién no ha utilizado o al menos escuchado alguna vez la expresión "le engañaron como a un chino"? No está muy claro su origen: hay quien se va hasta el comerciante y viajero Marco Polo y hay quien piensa que esos 'chinos' nunca fueron tales, que alguien bautizó así a los trabajadores (tanto por ser muchos como frecuentemente proceder de otras regiones) que acudían a las grandes obras de ingeniería que comenzaron a impulsarse en España hace un siglo. La opción más obvia la hemos visto en decenas de películas del Oeste: los chinos que contrataban empresas de EE.UU en origen para construir el ferrocarril en el siglo XIX y luego, en absoluto se les respetaba un mínimo de condiciones laborales. En algunos países hispanos ocurrió algo similar, así que puede que de ahí...
Bueno, después de esta entradilla tan prolija para luego, al final, no llegar a ninguna conclusión, debemos decir que dicha expresión habría que desterrarla definitivamente. Pero no por el posible supremacismo que lleve dentro -a ver quién no se ha sentido alguna vez engañado tras la firma de un contrato, no necesariamente laboral-, que lo mismo también, sino por la fuerza de los hechos.
Entonces... ¿Es porque China, hoy por hoy, es la segunda potencia mundial? ¿La principal productora casi de cualquier bien? ¿Porque se están quedando media África y parte de Latinoamérica con su particular forma de hacer negocios, con minerales (que necesita China) a cambio de infraestructuras y toma de deuda (que necesitan los países con los que hace negocios)? ¿Porque están a punto de venderle trenes a Óscar Puente para la Renfe, mientras Francia, Alemania e incluso España dicen algo así como perdonaaaa?
No, amigas y amigos, no... en plena nueva guerra de aranceles con Europa (lácteos y cerdo) alegando dumping en los precios, la potencia asiática ha dejado claro que esto no afecta al jamón ibérico. Como ellos no tienen nada, digamos, parecido, pues ya está, que hay especificidad, que aquí paz y después gloria. El resto de la industria europea de derivados del cerdo tendrá entre un 5% y un 20% de arancel.
Pues como quieran. Mejor nos creemos la 'disculpa' del párrafo anterior y lo damos por bueno. No vamos a pensar que los chinos han dicho "sí, hombre, ahora nos vamos a quedar sin jamón ibérico, en eso estábamos pensando. Larga a esos europeos cualquier cosa". Y lo han largado. Y nos los hemos creído. Como 'chinos'... ahora sí, con comilla.