Lo ha dicho Moreno Bonilla: “si Vox está en el 17% o el 18% es prácticamente imposible para el PP obtener la mayoría absoluta”. Esta reflexión parece lo más sensato de lo que se ha oído hasta ahora respecto a las elecciones vividas el domingo en Extremadura. Y lo es porque incluyen una evidente advertencia para los siguientes en pasar el 'fielato' de Vox, es decir, Aragón, Castilla y León y, finalmente, él mismo en Andalucía.
Resulta absolutamente increíble que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su intervención de este lunes por la mañana para hablar de la sustitución de la ministra Pilar Alegría, rumbo a Aragón como candidata, haya evitado realizar cualquier comentario sobre los desastrosos datos electorales del PSOE… claro que, bien pensado, siempre será mejor eso, ese clamoroso silencio, que tener que escuchar majaderías como “estamos más fuertes que nunca”, tal y como ha repetido la portavoz socialista, Montserrat Mínguez.
Se ve que en Ferraz, como en Moncloa, están a otra cosa. No tiene tiempo para migajas políticas, como si la pérdida de poder socialista que se viene produciendo elección tras elección en todas las autonómicas (salvo Cataluña) no fuera con Pedro Sánchez, con el PSOE modo “a ver, ¿se presentaba Sánchez? Pues eso”. Como con la corrupción. O las acusaciones de acoso sexual que se multiplicado en las últimas semanas.
Están aquí las Navidades y el Congreso va a estar cerrado buena parte de enero. En el PSOE cruzan los dedos para que no se abra otro frente y, sobre todo, para llegar a algún tipo de acuerdo con Puigdemont que permitiera aprobar los Presupuestos Generales del Estado y, ahora sí, garantizarse llegar al final de la legislatura (íbamos a decir sin sobresaltos, pero eso se antoja imposible).
Pero volvamos al principio: Vox está muy fuerte. Está tan fuerte que el PSOE no ha sido ni segundo en Badajoz capital, desplazado por la fuerza de ultraderecha. No parece que el mensaje de Pedro Sánchez de “frenar a la ultraderecha” esté dando resultado alguno, al contrario, parece que si alguna vez tuvo algo de sinceridad hoy a una parte significativa del electorado le suenan totalmente huecas.
Una última reflexión en clave extremeña, pero de la que se pueden extraer enseñanzas para Andalucía. La señora María Guardiola, con su adelanto electoral, ha conseguido, al final, “hacer un pan como unas tortas”: un diputado más, pero con Vox ahora en once, va a tener forzosamente consecuencias negativas para sus intereses. Ya lo ha dicho Santiago Abascal: “no querías una, pues toma, dos tazas”. Si a Guardiola se le atragantaba Vox veremos a ver con este resultado qué ocurre. En realidad, ya lo sabe, y si no, se lo puede preguntar a su compañero de Valencia, Pérez Llorca, ya que seguro que le van a pasar el mismo folio. No es suficiente echarse unas risas a costa de la bajada de diez diputados del PSOE.
Como lo del PSOE es un asunto exclusivo del PSOE extremeño, pues hay poco que añadir: recuerden la “fortaleza” que tiene el partido a juicio de Montserrat Mínguez. Quienes somos nosotros para…
No sería justo cerrar estas líneas sin recordar el meritorio 10% de Unidas por Extremadura. IU, Podemos y Alianza Verde marcan el camino a la izquierda en Andalucía… Y Sumar, mientras, atrincherado en Madrid, que como decía el padre de este cronista, "¿En Madrid, con dinero? Como en ningún sitio"...