La remolacha andaluza afronta una de sus campañas más 'amargas'

Las siembras tardías debido a las lluvias han provocado que el producto no madure lo suficiente y tenga bajos niveles de azúcar, lo que además dificulta su recepción en fábrica

Imagen de archivo de la azucarera del Guadalete, en plena campaña.
Imagen de archivo de la azucarera del Guadalete, en plena campaña.
25 de julio de 2025 a las 12:27h

COAG Andalucía ha expresado su profunda preocupación por el desarrollo de la campaña de remolacha de este año, marcada por una serie de factores que, a su uicio, comprometen gravemente la viabilidad del cultivo en la región. En concreto, las siembras tardías han generado una remolacha inmadura, con bajos niveles de azúcar, lo que está afectando negativamente a la calidad
industrial del producto y a su recepción en fábrica.

Diego Bellido, responsable de Remolacha de COAG Andalucía, explica que esta mala campaña agrava aún más la crítica situación que afecta al sector remolachero andaluz. "Se comenzó con muy mal pie cuando nos echaron por tierra las expectativas de esta campaña por la bajada de precios respecto a la anterior, lo que desincentivó a muchos agricultores a sembrar remolacha”, afirma.

Concretamente, se han sembrado unas 6.000 hectáreas de remolacha en Andalucía, distribuidas entre las provincias de Cádiz (3.600) y Sevilla (2.200), una superficie que representa una disminución significativa en comparación con campañas anteriores, donde se alcanzaban entre 9.000 y 10.000 hectáreas.

“Además de la disminución de la superficie por los bajos precios –añade Diego Bellido–, la campaña ya se vio comprometida por las lluvias de octubre, que provocaron retrasos en la siembra, y las de marzo, que dieron lugar a la aparición de enfermedades como la cercospora y favorecieron la proliferación de chinches, incrementando los costes de producción para los agricultores".

Escaso precio, menos superficie, plagas y bajos rendimientos


A la reducción de superficie por la caída de los precios ofrecidos por la industria le han seguido unos rendimientos bajos, de tal forma que las parcelas de riego a pie apenas alcanzan entre 50 y 60 toneladas por hectárea, cuando en campañas anteriores muchas superaban las 100. Los cultivos de secano han ofrecido mejores resultados gracias a la lluvia.

Todas estas circunstancias, más las plagas, han generado incertidumbre tanto entre los productores como en la industria por falta de materia prima, lo que redunda en la cuestión de la viabilidad de las fábricas azucareras.

Con todo, COAG Andalucía denuncia que esta situación no es puntual, sino consecuencia de un modelo que no garantiza estabilidad para los agricultores. "A la incertidumbre del precio se suma la falta de relevo generacional y el abandono progresivo del cultivo, a lo que hay que añadir la falta de planificación industrial", afirma Bellido, que más adelante mantiene que "Andalucía tiene potencial agronómico e industrial, pero necesitamos compromiso político y planificación a medio plazo. La remolacha fue, junto con el algodón, uno de los cultivos fundamentales para el despegue económico de nuestras localidades. Sin embargo, ahora estamos hablando de cultivos residuales, sobre todo en cuanto a la remolacha", afirma.

Que se cumpla la Ley de la Cadena Alimentaria

Ante esta situación, COAG hace un llamamiento a las administraciones y a la industria para que adopten medidas urgentes que garanticen la sostenibilidad del cultivo de la remolacha en la región.

Asimismo, la organización reclama el cumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria, para asegurar que los precios pagados a los agricultores cubran, al menos, los costes de producción. Por último, la organización reitera su compromiso con los agricultores remolacheros y continuará trabajando para defender sus intereses y garantizar el futuro de este cultivo estratégico para la comunidad.

Sobre el autor

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Carlos Piedras

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