El Banco Central Europeo (BCE) ha lanzado un mensaje importante: llevar dinero en metálico encima es una medida de seguridad que puede marcar la diferencia en momentos de crisis. Así lo recoge el artículo Keep calm and carry cash: lessons on the unique role of physical currency across four crises, elaborado por Francesca Faella y Alejandro Zamora-Pérez y publicado en el Boletín Económico del BCE (número 6/2025).
El estudio recuerda que, aunque el uso del efectivo ha ido descendiendo en las transacciones cotidianas, la demanda de billetes en euros se ha mantenido muy alta durante las dos últimas décadas. De hecho, el valor de los billetes en circulación representa de forma constante más del 10% del PIB de la zona euro, con picos notables en periodos de crisis como la pandemia. Es “la paradoja de los billetes”: se usan menos para pagar, pero se acumulan más como reserva de valor. La cuestión es que hay toda una generación de consumidores, especialmente jóvenes y en ciudades a partir de cierto tamaño, que nunca llevan billetes encima.
Las grandes crisis recientes –la financiera de 2008, la deuda soberana en Grecia, la del covid, la invasión rusa de Ucrania en 2022 y el apagón en España de abril de 2025– dispararon de manera inmediata la demanda de efectivo por parte de los ciudadanos. En esas situaciones, tener dinero físico se convirtió en un salvavidas. Durante la pandemia, por ejemplo, la circulación de billetes aumentó en más de 140.000 millones de euros. Y tras el inicio de la guerra en Ucrania, países cercanos al conflicto como Estonia, Letonia o Finlandia registraron emisiones de efectivo muy por encima de lo habitual.
El apagón en España, clave para Europa
El caso más reciente fue el apagón masivo en la península ibérica en abril de 2025, cuando más de 50 millones de personas quedaron sin electricidad ni telecomunicaciones. Los pagos con tarjeta o móvil se desplomaron hasta un 42% y las compras online cayeron un 54%. En ese contexto, el efectivo fue prácticamente la única forma de pago disponible.
El BCE concluye que el dinero físico no solo tiene valor simbólico o cultural: es un instrumento esencial de seguridad y estabilidad. Por ello, varias autoridades nacionales recomiendan a los hogares guardar efectivo suficiente para cubrir necesidades básicas durante al menos 72 horas.
En definitiva, el mensaje es claro: “mejor llevar siempre algo de dinero en metálico”, porque en tiempos de incertidumbre, puede ser el único recurso fiable.
