Cayetano del Pino sigue dando pasos en su proceso de consolidación como una de las bodegas de referencia en el Marco de Jerez dentro del segmento medio-alto, tanto por calidad como por precio. Eso, claro, se está haciendo a costa de trabajo o, como dijo bromeando su nuevo propietario y director general, Fulgencio Meseguer, “después de dos años, dos años y medio, que para mí han sido siete”, una sola frase –no dijo nada más... quiso que dos de sus empleados llevaran la voz cantante en la presentación– que es un buen resumen del ritmo al que se funciona desde que la bodega cambio de titularidad.
Este miércoles tocaba la presentación de dos nuevos vinos, Amontillado Superior y Palo Cortado Superior, así como de la renovada imagen en el etiquetado de la gama Solera, un acto para el que Meseguer se rodeó, entre otros, de los presidentes del Consejo Regulador y de Fedejerez, César Saldaña y Jorge Pascual, respectivamente, así como de dos delegadas del gobierno municipal, Yessika Quintero y Carmen Pina.

Teresa del Pino, directora de Distribución y miembro de la familia que da nombre a la bodega, fue la responsable de la presentación del Amontillado Superior y el Palo Cortado Superior que la bodega añade a su catálogo, resaltando en su intervención el “honor” que para ella supone el lanzamiento de estos dos vinos, dos auténticas 'joyas', que son “parte de un legado familiar de 130 años, transmitir parte de la esencia de la bodega, de unos vinos con alma, con una historia en cada sorbo”.
Del Pino habló de las distintas etapas por las que ha transitado la bodega desde finales del siglo XIX, una historia en la que siempre –casi siempre– su familia ha estado ahí y que ahora sigue con bríos renovados desde el cambio de titularidad, pero con unos vinos que siguen siendo los mismos, los de siempre, “unas existencias de las que ha cuidado durante todos estos años la familia”.
El Amontillado Superior y el Palo Cortado Superior se sitúan entre la gama Solera y los VOS que comercializa la bodega, vinos que intentarán encontrar su propio hueco en el mercado… pero no mucho, no extensamente, ya que se trata de tiradas muy pequeñas, exactamente de mil botellas, todas ellas numeradas, para cada tipo de vino.
La propia Del Pino fue la encargada de hablar de la versatilidad de estos dos nuevos vinos, resaltando las posibilidades de este amontillado “fresco y punzante” con las alcachofas o los espárragos, pero también con gastronomías como la mexicana o la japonesa, o de un palo cortado “redondo y aterciopelado” que va perfectamente con el queso curado, la carne o el chocolate con leche.

Etiquetas de arte y colorido
Pero no fue la única presentación que acogió el miércoles la bodega. El responsable de Comunicación, David Puerto, fue el encargado de dar a conocer el nuevo etiquetado de la gama Solera, que no va a dejar indiferente a nadie por su originalidad y colorido. Las etiquetas, a partir de obras del pintor Miki Leal que son propiedad de la propia bodega, asignan cuatro rincones o momentos de Jerez a cada uno de los cuatro tipos que la conforman. El fino se etiqueta a partir de ahora con una venencia penetrando en una bota y rompiendo el velo de flor; el amontillado con la iglesia de San Dionisio; el palo cortado con una andana de botas y el cream, con un rincón del patio del Alcázar.