Cosmética natural vegana hecha con "aceite de Dios" por una pareja belga en El Puerto

Tina Wilssens y Filip Van, de Brujas, elaboran con aceite de oliva virgen extra hasta 65 productos como champús sólidos o bálsamos que venden en más de 600 herbolarios y ecotiendas de toda España

Tina Wilssems y Filip Van, de Brujas, elaboran con aceite de oliva virgen extra hasta 65 productos desde Di Oleo, en El Puerto.
Tina Wilssems y Filip Van, de Brujas, elaboran con aceite de oliva virgen extra hasta 65 productos desde Di Oleo, en El Puerto. MANU GARCÍA

Alivia inflamaciones leves, tiene propiedades anticancerígenas y regula el colesterol. No es una pócima mágica sino aceite de oliva virgen extra. El mismo que se utiliza para las ensaladas o para hacer salsas. Este elixir extraído de las aceitunas es “el aceite de Dios” para Tina Wilssens, de 48 años, y Filip Van, de 51, una pareja de Brujas, Bélgica, que supo apreciar los encantos de un producto tan extendido en España.

Aterrizaron en este país cuando eran jóvenes con ganas de comerse el mundo. “Cuando él tenía 23 y yo 19 decidimos venir. Mi abuela es de Salamanca y vinimos buscando mis raíces”, cuenta Tina, cocinera y graduada en Química que, junto a su marido, ingeniero informático, sacó adelante Di Oleo, su propia firma de cosmética natural.

Tras trabajar en Málaga y en Barcelona, se asentaron en Almería, donde comenzaron a experimentar y a realizar las primeras pruebas. “Allí me enamoré de una botella de 5 litros de aceite de oliva virgen extra. Descubrí que este producto es increíble”, comenta Tina, que vio que con este ingrediente podía hacer algo más que cocinar.

La pareja durante la entrevista con lavozdelsur.es.
La pareja durante la entrevista con lavozdelsur.es.  MANU GARCÍA

Así, en septiembre de 2017 crearon sus primeros jabones para ellos mismos, pero no fue hasta 2018 cuando Di Oleo despegó desde El Puerto, donde la pareja se instaló en un laboratorio localizado en la calle Larga en el que preparan los pedidos. “Notamos que en el sur no se aprecia tanto el aceite. Es algo muy normal porque hay en abundancia, pero es uno de los aceites más ricos en vitaminas y antioxidantes”, dicen estos belgas que usan el aceite como base en todos sus productos.

Al principio, hace ya unos cuatro años, daban a conocer Di Oleo en mercadillos de la zona hasta que lograron ampliar su distribución. Actualmente, cuentan con más de 600 puntos de venta en toda España, sobre todo herbolarios y ecotiendas, como El Brote Verde o El DesaBio en su ciudad. Además, venden a través de su página web y en cada pedido incluyen muestras de regalo para que los clientes descubran otras opciones.

"Todo es ecológico"

En estos años han elaborado en torno a 65 productos, desde jabones, acondicionadores, pastas denatales, aceites corporales, cremas, desodorantes o bálsamos labiales hasta manteca corporal y perfumes sólidos. “Todo es cien por cien natural y vegano, no lleva plástico, todo es orgánico y ecológico y están hechos sin productos tóxicos”, explica la pareja, que aplica esta filosofía a su vida diaria y la transmiten a sus cinco hijos.

Gama de productos de Di Oleo.
Gama de productos de Di Oleo.   MANU GARCÍA

Tina y Filip no utilizan ni agua ni alcohol ni tampoco aditivos limpiadores agresivos, sulfatos, parabenos o siliconas. “Nosotros queremos ayudar al planeta y a la gente. Siempre decimos que lo que no podemos comer no lo vamos a poner en la piel”, dicen desde el local repleto de cajas con bálsamo de tigre y jabones en bandejas que se están secando.

“Empezamos con lo básico, jabones, pero un día alguien nos preguntó si teníamos contorno de ojos y decidimos investigarlo. Lo hicimos”, comenta Tina, que también ha desarrollado crema solar natural elaborada con óxido de zinc, de 30 y, desde este año, de 50.

La belga abre una barrita de perfume sólido mientras sujeta un champú sólido hecho con chía y lino para cabellos rizados. “Utilizo fresa, caléndula, carbón, sándalos, hamamelis”, detalla. La manteca corporal de rosa mosqueta desprende un olor agradable, al igual que los champús sólidos, que se guardan en envases sin plástico, con papeles y en cajas de cartón.

Tina desmolda piezas de champú sólido.
Tina desmolda piezas de champú sólido.   MANU GARCÍA
Bandejas con jabones que se están secando en el laboratorio.
Bandejas con jabones que se están secando en el laboratorio.  MANU GARCÍA

En la línea de cosmética, Filip ha incorporado a la gama, productos hechos con CBD, uno de los principales componentes de la marihuana que cada vez es más conocido. “Ayuda mucho a la gente que viene con dolores. La ley no está muy clara todavía pero creo que en dos años, se adaptará”, comenta el ingeniero, que se encarga del diseño de Di Oleo.

La elaboración de sus cremas o jabones se realiza de forma artesanal. Es decir, son las manos de Tina las que hacen realidad cada producto, ayudadas por batidoras o baño maría para las mezclas. Tina desmolda piezas de champú sólido de color lila que están preparadas con lavanda. “Estas son para los pelos teñidos o grises”, señala.

Para aumentar su variedad, la pareja estudia las propiedades de cada ingrediente con cautela y los combina. A base de prueba y error, consiguen resultados. “Investigamos mucho de dónde procede la materia prima, queremos que sea ecológica”, comentan.

La pareja utiliza cajas de cartón para envasar sus productos.
La pareja utiliza cajas de cartón para envasar sus productos.   MANU GARCÍA
Filip muestra la crema solar natural.
Filip muestra la crema solar natural.    MANU GARCÍA

En sus pruebas no puede faltar el aceite de oliva virgen extra, un artículo que debido a la inflación se ha llegado a convertir en un bien de lujo. A la pareja le ha afectado esta subida que ha alcanzado hasta el 70% en el caso del aceite. “Lo notamos, intentamos ofrecer los productos a precio honesto y es complicado. Pero no hemos subido los precios”, explican.

Rodeados de bálsamos y cremas etiquetadas con un olivo, el símbolo de su marca, Tina y Filip esperan que todo se estabilice. Ellos no pararán de seguir explorando las posibilidades de la cosmética natural.

Sobre el autor:

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Patricia Merello

Titulada en Doble Grado en Periodismo y Comunicación audiovisual por la Universidad de Sevilla y máster en Periodismo Multimedia por la Universidad Complutense de Madrid. Mis primeras idas y venidas a la redacción comenzaron como becaria en el Diario de Cádiz. En Sevilla, fui redactora de la revista digital de la Fundación Audiovisual de Andalucía y en el blog de la ONGD Tetoca Actuar, mientras que en Madrid aprendí en el departamento de televisión de la Agencia EFE. Al regresar, hice piezas para Onda Cádiz, estuve en la Agencia EFE de Sevilla y elaboré algún que otro informativo en Radio Puerto. He publicado el libro de investigación 'La huella del esperanto en los medios periodísticos', tema que también he plasmado en una revista académica, en un reportaje multimedia y en un blog. 

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