Mastika, el burger-pizza 'callejero' en Tomares con manos de alta gastronomía: el secreto de la imaginación

Ana Acosta y Federico Cazamajour dieron un giro callejero tras regentar el restaurante El Salmorejo. Un producto cuidado y una fórmula artesana ya le ha valido en pocos meses algún premio

Fede Casamajour, propietario de Mastika.
Fede Casamajour, propietario de Mastika. MAURI BUHIGAS

La Rotonda del Garrotal de Tomares es una de esas rotondas que jalonan la que ahora es avenida principal de este pueblo cercano a Sevilla. En uno de sus costados, como formando un cuarto de círculo de aceras porticadas, una sucesión de bares y restaurantes que se siguen unos a otros, ofreciendo diversidad de cocinas y posibilidades gastronómicas. La supervivencia de los negocios en esa franja de terreno no es del todo fácil. Es cierto que algunos, como nuestros protagonistas de hoy, mantienen el tipo a través de los años, adaptándose a las circunstancias, con imaginación, constancia y mucho trabajo.

Ana Acosta y Federico Cazamajour decidieron dar un giro a su negocio. Ambos regentaban desde hace años el restaurante El Salmorejo en la Rotonda El Garrotal del aljarafeño pueblo de Tomares. Buenas tapas, cocina tradicional, un toque de creatividad, que, no en balde, Fede estudió en la Escuela Superior de Hostelería de Sevilla, vulgo del Alabardero, y una buena bodega de vinos en un ambiente rural, con decoraciones campestres. Pero aquello necesitaba un meneo, como decimos por aquí, y así nació Mastika burguer & pizza. Por cierto que ayer conocimos, hablando del Alabardero, que Sevilla le va a dedicar una plazoleta al cura Lezama, la verdad es que su escuela de hostelería, desde su creación en la calle Zaragoza y ahora con unas buenas instalaciones también en la Cartuja, ha sido una cantera inagotable de grandes profesionales, tanto de cocina (con varias estrellas Michelin entre sus exalumnos) como de sala.

El espacio tipo caserío que ocupaba El Salmorejo, con sus aperos de labranza, sus soportes de madera para botellas de vino, sus manteles de cuadros, se ha transformado en un espacio urbano, las paredes, por obra y gracia de los diseños grafiteros de Sarko y Harfo, son ahora lienzos coloristas que muestran grafismos del streat art y personajes por todos conocidos del cine y la animación televisiva en multicolores murales. El cambio se hizo el pasado septiembre y, desde entonces, Mastika saca un buen número de hamburguesas y pizzas artesanas de su cocina a diario para un público, como nos detalla Fede, de todas las edades.

Pero lo sustancial, ambientación aparte, está en lo que se nos ofrece para comer. Aquí lo tenemos claro, hamburguesas y pizzas de calidad, artesanas, con fórmulas originales y propias en muchos casos, además de algunos básicos entrantes para compartir para ir calentando la boca mientras viene lo nuestro. En este apartado podemos probar unas Patatas con bacon frito y salsa de queso cheddar, Alitas de pollo con salsa chili, fingers de pollo, costillas a la barbacoa y queso provolone gratinado. No se apuren que también hay ensaladas. Un clásico: ensalada César a base de lechuga, trozos de pollo empanado, picatostes, parmesano y salsa césar. Otra opción: ensalada crush con lechuga, tomates cherry, atún, maíz, pipas de calabaza y queso de cabra.

Fede Casamajour, propietario de Mastika.
Fede Casamajour, con una de las hamburguesas de Mastika.  MAURI BUHIGAS

Lo de las pizzas artesanas a la casa le viene de lejos, concretamente desde que se inició el negocio en 1995, nunca han dejado de ofrecerlas, con bastante éxito hay que decir, en la oferta del establecimiento. Ahora cobran protagonismo absoluto junto a las hamburguesas. Pizzas que nos remiten a los clásicos del género, revisitados por el buen hacer de la cocina de Mastika y la sensatez de quien sabe lo que está elaborando. Así tenemos todo un muestrario de las pizzas favoritas de los miles de aficionados a este plato italiano pasado por los Estados Unidos: margarita, prosciutto, funghi, diávolo, cuatro quesos, dominika, tonara, karbonara, emilio, barbakoa y vegetal forman los once redondos placeres de este equipo ganador en la mesa. Entre 9 y 12 euros, parece un comedido precio para unas pizzas de buen tamaño y alto sabor gastronómico.

Supongo que un plato nos ha gustado cuando su recuerdo nos viene horas después de haberle hincado el diente, y no me refiero a que la cosa se repita como una morcilla potente o un guiso pasado de ajo, no, me refiero a una sensación casi más espiritual que física que, en un momento dado, nos trae al paladar la evocación de un bocado placentero. Me ha pasado con la estimable hamburguesa La Petarda de Mastika.

MASTIKA TOMARES COMPAS SEVILLA 2
El ambiente callejero de Mastika.  MAURI BUHIGAS

Una doble hamburguesa de carne picada de ternera, con un agradable punto trufado que lleva bacon en medio de sus dos piezas de carne de ternera picada y un huevo frito coronando el monumento que funde lentamente su yema sobre la carne al morderlo otorgándole una sutil cremosidad muy jugosa, todo ello en un delicado y sabroso pan brioche que se ha sellado previamente con mantequilla sobre el que luce estampado a fuego, como si de un anca de res se tratara, el logo del negocio. Acompañan el plato unas adictivas patatas fritas caseras cortadas a cuchillo en excelentes gajos.

La carne es de Mahugo Gourmet, proveedor que cría y produce carnes extremeñas con ganado de la región, damos fe de la calidad del producto no solo por su sabor, sino porque lo vimos elaborar en la cocina y ya en crudo mostraba un deseable tono rojizo.

Entre la nómina de hamburguesas que muestra la carta, con un suculento repertorio de salsas cuyas recetas también se elaboran en la cocina de Mastika, probamos La Consentida, una premiada hamburguesa que se hizo el pasado diciembre con el galardón otorgado en la Ruta de la Tapa de Tomares en la modalidad Tapa Tremenda Cruzcampo, elegida tanto por el jurado profesional del certamen, como por la votación popular. Esta hamburguesa remite a sabores más tradicionales. Con un mayor protagonismo de la carne que se acompaña de queso cheddar, bacon y una sabrosa mayonesa de Jack Daniel’s, salsa elaborada por la casa con 10 ingredientes y que le da un toque muy especial a la hamburguesa.

Pan brioche utilizado en Mastika.
Un pan brioche utilizado en Mastika. MAURI BUHIGAS

Entre 7,00 y 13,50 euros las hamburguesas, en algunas con opciones sencilla o doble en cuanto a la ración de carne. Con posibilidad de probar La Freska, una hamburguesa vegana o La Gamberra para los que no tomen gluten. Exquisiteces como La Kabrona, que no hace honor a su nombre, pues es una elegante hamburguesa con crema de torta del Casar, además de bacon y cebolla caramelizada. Para los más valientes, La Chamuka, con una moderadamente picante salsa Búfalo, que se puede pedir aparte también para mojar las patatas. Hay versiones delicadas y exóticas para paladares distintos: La Pija, con carne de pollo y La Gamberra con, además de la carne, lechuga, cebolla roja, salsa de mango y curry.

Para pasar todo eso por la garganta, tenemos buena cerveza Alhambra de grifo. Los más exquisitos en el ámbito cervecero pueden optar por la de la botella verde, la Alhambra Reserva 1925. Obviamente también hay refrescos. Los sibaritas de la copa, tienen algunos buenos vinos para elegir.

Mastika burguer &pizza ofrece un acogedor salón para estar cómodamente sentado, ya hemos hablado de sus decoradas paredes, donde además podemos echar una partida de futbolín gratis. También dispone de una amplia terraza convenientemente resguardada para los días de invierno. Sirven a domicilio en Tomares y su entorno.

Sobre el autor:

Javier Compás

Javier Compás

...saber más sobre el autor

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído