Quien viene, vuelve. Es una de las máximas que aseguran los propietarios del Baretto, un popular café en la barriada de La Constancia de Jerez que reúne a familias, jóvenes y mayores. "Las llaves las tenemos nosotros, pero esta no es nuestra casa. Es la de ellos", sostiene Antonello Picone, propietario del negocio junto a su pareja Mariateresa di Rienzo. "Intentamos que sea un trabajo llevadero y divertido. A la gente le gusta el trato que le damos, somos como una familia", añade.
Mariateresa y Antonello llegaron a Jerez en octubre de 2014 a través de una beca Leonardo de la Unión Europea. “Hicimos la solicitud en Italia, elegimos España y nos tocó Jerez. No lo decidimos nosotros”, recuerda Mariateresa, que compatibiliza la gestión del Barreto con clases particulares de italiano y el trabajo de guía turística en las bodegas Fundador. “Sabía algo de vocabulario en español pero de gramática poco. Tuve que estudiar por mi cuenta”, dice por su parte Antonello, quien trabajó durante los primeros meses como becario en Lustau en labores de almacén y de guía. “Nuestra idea siempre fue salir de Italia, somos viajeros y teníamos el deseo de vivir una experiencia en el extranjero”, añade el hostelero.
Ambos son naturales de Campobasso, una pequeña ciudad del sur de Italia, capital de la provincia y región de Molise, donde se conocieron hace 17 años, cuando eran prácticamente adolescentes. "Yo todavía iba al instituto. Luego estudié en Nápoles", recuerda Mariateresa, que tras terminar la carrera de Sociología, trabajo de encuestadora estadística y estuvo destinada al llegar becada a Jerez en la Casa de la Mujer, donde participó en la evaluación del Plan contra la Violencia de Género.
"Aquel año la beca estuvo abierta también a trabajadores, por lo que pudimos presentarnos los dos. Acabamos aquí un grupo de 40 italianos", dice. Al final de ese curso, en 2015, les salió la oportunidad de hacerse con un negocio que hoy es prácticamente su proyecto de vida.
Café italiano, spritz y 40 tipos de cerveza
Mientras que ella nunca había trabajado en bares, Antonello lo había hecho durante muy poco tiempo. "No teníamos ni idea de hostelería. Siempre cuento una anécdota: el primer año teníamos que pagar el segundo trimestre de impuestos y desconocía qué era eso... no sabía cómo funcionaba lo del autónomo", ríe. Pese a la arriesgada aventura y los miedos iniciales, han conseguido hacerse un hueco en la vida cotidiana del barrio.
“Hay gente que sueña con montar un bar cuando se jubile. Es una idea romántica y no es fácil. Nuestros amigos ven que trabajamos mucho y al final, como en cualquier trabajo, acumulas estrés”, explica Mariateresa. Antonello no olvida tampoco el temor de ser nuevos en la zona: “Éramos de fuera y no conocíamos a nadie. Fue muy importante que los vecinos nos aceptaran, hemos creado un vínculo de buen rollo, de amistad, de llevarnos bien”. Ahora el miedo se ha invertido, y sus amigos del barrio y de Jerez hasta les invitan a pasar las Navidades en sus casas. "“Somos amigos de la mayoría de clientes. Hay gente que se conoce aquí y que vienen para encontrarse con otros”.
El Baretto, que ha ido evolucionando en sus siete años de apertura, acogió antes de la pandemia noches temáticas con gastronomía de países como Armenia, Marruecos, Brasil o Argentina, y noches de pizza por parte de un maestro pizzero que vive en la costa de Almería. Con el deseo de poder recuperarlas, hicieron de virtud la necesidad surgida a partir del covid, cuando las limitaciones horarias les forzaron a abrir a mediodía y ampliar la carta.
“Fue poco a poco, se trata de una evolución. No hemos estudiado para ser cocineros, pero nos reinventamos”, cuenta sobre la oferta del bar. Entre sus platos destacados, tienen tomate aliñado con mozzarella, pizzas, raviolis italianos a la plancha, platos fuera de carta y también productos españoles. Entre picoteo, el bar ofrece más de 40 tipos de cerveza, café italiano y el spritz, uno de los cócteles italianos más populares.
En la parte superior de la barra, una sciarpa napolitana muestra la afición al calcio de Antonello, tifosi del Napoli. En otra de las paredes, un banderín del Xerez. "No nos interesa dar una huella solo italiana", dice el propietario del negocio en referencia a la carta, en la que también oferta productos andaluces. “Nos gusta la confianza, que la gente sea cercana a nosotros, que esté cómoda y comparta nuestro sitio”, dice. No puede ser de otra forma. El Baretto es uno más en La Constancia.
Barretto está en la calle Manuel Rodríguez Manolete 2, en la barriada de La Constancia de Jerez. Mariateresa y Antonello recomiendan reservar para grupos vía Instagram. El bar abre de miércoles a domingo. Miércoles y jueves de 18:00 a 00:00 horas. Viernes de 17:00 a 02:00 horas. Sábado de 13:00 a 02:00 horas. Domingo de 13:00 a 22:00 horas.
Comentarios