Las primeras bolas del sorteo de la Lotería de Navidad apenas habían salido del bombo cuando en redes han empezado a generarse comentarios generalizados sobre una cuestión. Más allá del madrugador segundo premio y de la expectación habitual desde el Teatro Real de Madrid, buena parte de la conversación digital se está centrando en las presentadoras de la retransmisión en La 1, Sandra Daviú y Blanca Benlloch.
Ambas periodistas afrontan su octavo año consecutivo al frente del sorteo en la cadena pública, una cita televisiva marcada por la tradición. Sin embargo, desde los primeros compases de la emisión de este año, numerosos espectadores han expresado su malestar, resumiendo su queja en una frase que se repitió con insistencia: “No se callan”.
Las críticas al papel de las presentadoras durante la retransmisión
Los comentarios en redes sociales han apuntado directamente a la dificultad para seguir el desarrollo del sorteo. Algunos usuarios han reclamado silencio para poder escuchar a los Niños de San Ildefonso, protagonistas indiscutibles de la jornada. Entre los mensajes figuran frases como "queremos oír a los niños, no a las presentadoras”, “se podrían callar ya las presentadoras” o “con las presentadoras hablando es imposible enterarse de los números que van saliendo”.
También ha habido quienes preguntaron abiertamente si existía alguna alternativa para seguir el sorteo sin comentarios constantes: "¿Alguien sabe si dan el sorteo en algún canal donde las presentadoras no están todo el rato hablando sin parar?”. La crítica no se dirigía tanto al contenido como al exceso de intervención verbal durante el canto de los números.
La tradición del sorteo y el protagonismo de los niños
Una parte significativa de las quejas apelaba a la dimensión emocional del sorteo, considerada por muchos espectadores como un ritual casi sagrado. En ese contexto, varios usuarios defendían que la ilusión reside en escuchar el nerviosismo y la cadencia de los niños, una experiencia que entienden se ve empañada con tantos comentarios. “Pero no se callan ni bajo el agua”, insistían algunos mensajes, que incluso aludían a una supuesta “tensión” entre las dos presentadoras.
Las críticas no son nuevas y recuerdan sorteos de años anteriores. “Todos los años dan la tabarra”, han señalado algunos usuarios veteranos, mientras otros han propuesto soluciones técnicas como “deberían poner una lista al lado con los números que van saliendo” para reducir la dependencia del comentario en directo.





