El actor francés Gérard Depardieu ha sido declarado culpable de agresión sexual contra dos mujeres durante el rodaje de la película Les volets verts en 2021. El fallo, emitido este martes por el Tribunal Correccional de París, marca el primer veredicto en los múltiples casos judiciales que enfrenta el intérprete. El tribunal le ha impuesto una pena de 18 meses de prisión suspendida, tal como había solicitado la Fiscalía, sin ingreso inmediato en prisión a menos que reincida.
Este primer juicio ha coincidido con la apertura del Festival de Cannes, uno de los eventos más importantes del cine francés, lo que ha incrementado la atención mediática sobre un proceso que ha durado dos meses. A sus 76 años, el protagonista de Cyrano de Bergerac se enfrenta a un complicado camino judicial, con otras denuncias por violación y abuso sexual aún por resolver.
Un veredicto que no cierra su historia judicial
Depardieu asistió a la lectura del fallo tras interrumpir el rodaje en el que participa en las islas Azores, bajo la dirección de Fanny Ardant, una de las figuras que testificaron a su favor. El actor esperaba una absolución que, según sus propias palabras, pusiera fin a un “calvario” de tres años marcado por “mentiras y calumnias”. Esta causa es solo la primera en llegar a juicio, ya que existen al menos 20 mujeres que lo acusan de comportamientos similares entre 2004 y 2022.
La acusación de la actriz Charlotte Arnould, que lo denunció por violación, fue el punto de partida de una cascada de testimonios que describen un patrón de conducta que se habría repetido en más de una decena de rodajes. La Fiscalía, al considerar probados los hechos, solicitó además su inclusión en el fichero de abusadores sexuales y un tratamiento psicológico, aunque se le concede el derecho a apelar.
“Grosero” y “provocador”, pero no inocente
Durante el juicio, Depardieu negó haber cometido abuso alguno, aunque reconoció haber sido “grosero” y tener una actitud “provocadora” en el plató. Las víctimas, una asistente de dirección y una decoradora, relataron tocamientos no consentidos que fueron corroborados por testigos. La Fiscalía dio credibilidad a estos relatos, subrayando contradicciones en la versión del actor.
Su abogado, Jérémie Assous, denunció un “linchamiento” mediático y judicial, impulsado —según él— por abogadas feministas y medios de comunicación, y descalificó a la actriz Arnould calificándola de “mitómana”. La estrategia defensiva insistió en que su cliente ha sido utilizado como símbolo de una corriente puritana dentro del cine y la sociedad francesa.
La sombra del #MeToo sobre el cine francés
El juicio a Depardieu ha sido interpretado por muchos como un capítulo emblemático del impacto del movimiento #MeToo en Francia. La figura del actor, considerado durante décadas un emblema del séptimo arte, ha quedado profundamente erosionada. Las acusaciones lo han llevado a ser apartado de múltiples proyectos, y recientemente tuvo que cancelar parte de una gira musical debido a protestas feministas.
Durante el proceso, Fanny Ardant, coprotagonista de Les volets verts, admitió que su amigo puede tener una personalidad “arrolladora” y que “genera tensiones”, pero negó que eso suponga que haya cometido delitos sexuales. Aun así, reconoció que “la sociedad ha cambiado y ahora hay cosas que ya no son tolerables”.
Un símbolo caído en desgracia
Lo que parecía ser una carrera inquebrantable se ha visto eclipsada por una sucesión de denuncias que han cambiado la percepción pública del actor. Más allá del veredicto judicial, el caso de Depardieu evidencia una transformación profunda en los estándares éticos y sociales dentro del mundo del espectáculo. El cine francés, como muchas otras industrias culturales, comienza a ajustar cuentas con prácticas antes silenciadas.
El desenlace de este primer juicio no marca un punto final, sino el inicio de un recorrido judicial aún más complejo para quien fuera considerado uno de los monstruos sagrados del cine francés. Queda por ver cómo evolucionan las otras causas pendientes y cuál será la reacción de una industria que empieza a mirar a sus ídolos con nuevos ojos.


