Sobre los tomates del huerto y otras verduras

Capítulo X de 'Constelación gastronómica'

Almuerzo elaborado con tomates del huerto y otras verduras.
Almuerzo elaborado con tomates del huerto y otras verduras.

Las verduras y hortalizas están presentes en casi todos los platos que estoy comentando, pero hay algunas que se merecen su propio reconocimiento. Empezaré este recorrido por los tomates del huerto del chalet de El Puerto, que muy tristemente casi nunca llegué a disfrutar aliñados con aceite y sal, porque en mi infancia pasé una época muy poco ensaladera. Por suerte, si conservo intacto el olor de aquellos tomates, de ir a regarlos con mi abuelo y de arrancarlos de la tomatera, momento en el que desprendían todo su aroma desde la rama. La sensación de comer tomates en verano difícilmente se puede superar. Siguiendo con los tomates, el bar Arturo de Jerez, además de ser famoso por el pescado y marisco, lo es también por sus tomates con ajo picado, y en Tarifa, en el bar “El otro melli”, probé el año pasado junto a Paloma, Sol y Tasia, el mejor tomate de mi vida. Los tenían colocados en una cesta sobre la barra, y el camarero nos lo recomendó, le hicimos caso y fue el mejor acierto.

Entre mis verduras favoritas se encuentran la calabaza, las alcachofas y el brócoli. La primera me encanta asada, al horno y en crema; la segunda en guiso, en sopa, a la plancha, con arroz y... a la chimenea. En el último viaje a Náquera, Roser puso las alcachofas envueltas en papel aluminio y metidas directamente en la chimenea. Una vez hechas, cuando las desenvuelves, vas cogiendo hoja por hoja chupando la carne de cada una de ellas, mientras que un sabor a chamuscado se te queda entre los dedos. Y la tercera, el brócoli, creo que lo descubrí en aquella famosa pasta con brócoli, y a partir de ahí empecé a comerlo de diversas maneras: a la plancha o hervido durante un minuto (que no se le vaya el verde precioso que tiene), es como más me gusta, para acompañar la pasta, el pollo o lentejas. Otro aspecto importante sobre el brócoli: nunca hay que tirar el tallo, salteado o crudo en ensaladas está riquísimo también.

Grace Cahill, mi amiga inglesa con la que compartí casa en Santiago, me enseñó el curry indio y también una receta muy rica a base de col lombarda. Hasta ese momento, la lombarda solo era esa col decorativa de algunas ensaladas, que encima estaba dura y algo agria, pero si cambias esta idea y la haces rehogada con manzana, salchichas frescas y vinagre, el resultado mejora considerablemente. Con el tiempo le he añadido otros ingredientes, como cebolla, piñones o incluso dátiles. Hablando de dátiles, Mariana Suijkerbuijk, que fue compañera de trabajo en Madrid (y más tarde amiga), me invitó un día a comer a su casa antes de que se mudara de la buhardilla donde vivía entre Chueca y Alonso Martínez, y preparamos una ensalada de canónigos con queso y dátiles riquísima. Nunca he sido muy de dátiles ni de pasas, pero esta vez, con el frescor de los canónigos y la suavidad del queso, conseguí cambiar de opinión. Volviendo al mundo de las coles, también fue un placer descubrir el chucrut (sauerkraut en alemán), la col fermentada típica de Francia, Alemania y otras gastronomías centro- europeas. No logro recordar quién me la enseñó, pero me suena que fue en la época de Barcelona. Como no es un alimento típico de mi dieta ni está en los supermercados o tiendas a los que suelo ir, se me olvida constantemente comprarla. Hace poco he investigado en cómo se realiza el proceso de fermentación y quizás me anime.

Todo lo que comemos preparado parece que fuera difícil de producir, pero una vez te pones, te das cuenta de que es mucho más sencillo de lo que parece, y que es la sensación de verlo ya embasado lo que nos hace pensar que te hace falta una fábrica industrial para hacerte tus propias masas, encurtidos, salazones o comidas marinadas y fermentadas.

Sobre el autor:

Valeria Reyes

Valeria Reyes Soto

Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Sevilla y máster en Gestión Cultural por la Universidad Carlos III de Madrid, ha trabajado en la gestión y comunicación de proyectos como el Festival de Cine Africano de Tarifa-Tánger, la Feria del Libro de Sevilla, el Festival de Jerez o el Festival de Cine Europeo de Sevilla; en espacios como la librería Caótica y en proyectos como Luces de barrio. Con especial interés por los programas que unen diferentes puntos de la cultura a través del encuentro, la investigación y la mediación, así como plena vocación por el mundo editorial, librero y literario.

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