Ocre amarillo, siena tostada, naranja, siena sombra, natural… color café, chocolate… Rudo como las tierras con ausencia de agua, polvorienta, calcárea, arenosa, rojiza… marrón.

El color siena siempre ha sido complemento esencial en la paleta de un pintor. Sin él, no se pueden crear desiertos, calidez ni sombras, incluso. Este matiz, infinitamente desmembrado, crea una gama tonal ardiente como los países a los que está íntimamente ligado... Arcilla y pigmento conforman un gran muro oxidado entre palabras retóricas y olvidadas.

Si cerramos los ojos y nos centramos en esta gama, ¿qué sensaciones nos llegan a nuestro ser? Tipos de pieles, veladuras de pobreza ungidas con vivencias profundas de almas fracturadas en cuerpos…

La tierra, campamento base donde se asienta la vida fundada por multitud de tipos de personas con costumbres, pautas y formas, simplemente diferentes de vivir.

Tanto en las sociedades africanas tradicionales, como en las sociedades urbanas, predominan, como en los otros cuatro continentes, las castas en las que la situación social de la mujer es inferior a la del hombre en muchos aspectos de su vida familiar, cultural, política…

En medios rurales es habitual que la mayor parte de los trabajos sean realizados por las mujeres, mientras los hombres pasan el tiempo reunidos entre ellos, bebiendo y tratando "asuntos de la comunidad". Esporádicamente acuden al mercado para intentar vender productos que le reporte una ayuda de dinero en metálico. En conclusión, una vida de muchos, pero para unos pocos. Dura como las horas al penetrante sol con salitre en los labios e incierto destino.

En nuestra parte del mundo, ésa que dice llamarse “desarrollada”, ¿cuál es el papel de la mujer? Nos enorgullecemos de nuestra situación porque tenemos alimento, vivienda y trabajo, unos más que otros, pero la realidad es que, a pesar de lamentarnos, nadie se muere realmente de hambre. Aunque, tanto en un mundo y otro, la supervivencia es esencial para la vida en un universo capitalista y con taras emocionales...

El fuego es un elemento importante en la vida humana. En algunos mitos son las mujeres quienes inventaron o descubrieron el fuego, según información procedente de África.

"Las mujeres, como el tiempo, son imprevisibles". Citan los Massai, un grupo étnico africano. Los Ghana, tienen proverbios como: "La mujer es una flor en un jardín; su marido, el cercado alrededor de ella. Esta es la realidad en países a kilómetros luz de nuestra evolución. Pero ¿realmente estamos tan lejos? ¿O vivimos en una falsa libertad?

La verdad es que vivimos manipulados políticamente y con “correa corta”, eliminando nuestro derecho a decidir libremente. Juegan al frontón con seres humanos con cintas en los ojos, derivando los problemas y aderezándolos con el miedo. Miedo a enfermedades inventadas, cuya cura brota de debajo del brazo de un pez gordo y eliminando a la “siena”, para hacer relucir el oro poco pulido de las altas cumbres. Miles de personas se intentan refugiar dejando sus fotos de carné bombardeadas entre escombros y sueños rotos. Niños huérfanos de “sentir” e ilusiones corrompidas con papeles del símbolo del dólar.

Todos somos solidarios, o eso decimos, pero cuando se presenta el problema, muchos solo miramos el círculo de nuestro ombligo. Ante todo, son personas que buscan refugio, ¿no es cierto que anteriormente, los papeles de nuestra obra, entre protagonista y espectador, estaban intercambiados y barcos partieron de nuestras tierras a otras para lo mismo?

Personas perdidas, que huyen del infierno de su diario, dónde se rompen familias y desestructuran prioridades. Claro que todos estamos necesitados, pero en peldaños distintos…

Tomamos tazas de café en terrazas con habitaciones “VIP”, emigramos a países por estancias vacacionales y toneladas de desperdicios se vislumbran en nuestras basuras a las diez de la noche. Desde cerca, ya hemos experimentado situaciones de familias al borde de la crisis y con el agua hasta el cuello, trabajadores de por vida con ojos rotos de desesperanza. Nunca se sabe cuando nos puede ocurrir… hasta que toca. Tenemos un estrecho por donde naves de plástico transitan deportando vicios y alimentando a mafias. Las almadrabas ya no son las protagonistas de la zona gaditana…

Una situación movida por hilos cuyas marionetas somos todos. La gran diferencia entre nosotros y otros seres vivos es que tenemos valores inculcados por nuestros padres, instituciones y amigos… Pongámonos en piel ajena, en vez de tanto pensar y ser racionales, aunque sea estereotipo y moda. Existen muchas personas luchando por estos contrastes del mundo, y es triste que sentenciemos a unos pocos que intentan hacer el bien, por otros, que solo buscan papeletas con sus nombres escritos. Por experiencia, y porque me toca de cerca, sé cómo todavía en estos países la desnutrición infantil y el no al amor material prevalece sobre todo lo demás. Lugares inmensamente bellos teñidos de dolor general y ausencia de excesos, que día a día los amarillos y los rojizos se fusionan creando naranjas de VITALIDAD, ENERGÍA, JUVENTUD y EMOCIÓN. Lo mismo que le ocurre al siena, que aunque sea una mezcla de colores primarios, consigue iluminarse cuando recibe el complemento adecuado. No perdamos esa bonita costumbre de hacer SONREIR… La solidaridad es un regalo que nos enriquece por dentro sin adornos ni envoltorios, luchemos por la igualdad.

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