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El 31 de enero de año, Amnistía Internacional compartía su alegría por la decisión del tribunal de Estambul de liberar a nuestro compañero, el presidente de Amnistía Internacional Turquía, Taner Kiliç, tras ocho meses de encarcelamiento injusto.

La historia del encarcelamiento de Taner Kiliç, junto con el de otros activistas, comienza hace un año, tras un violento intento de golpe de Estado que se cobró 249 vidas. La represión desencadenada desde el intento de golpe en Turquía ha sido masiva e implacable. Más de 100.000 trabajadores y trabajadoras del sector público han sido despedidos, decenas de miles de personas han sido arrestadas arbitrariamente, cientos de periodistas han sido detenidos y cientos de medios de comunicación y ONG han sido clausurados. La purga ha alcanzado a más de cien mil funcionarios en Turquía y más de 50.000 personas han sido encarceladas acusadas de golpismo.

Diez activistas, entre los que se encontraba también İdil Eser, directora ejecutiva Amnistía Internacional Turquía, de la que taner es presidente, fueron detenidos el 5 de julio. El 4 de octubre, un fiscal presentó un acta de acusación formal en la que pedía penas de hasta 15 años de prisión para los 11 defensores y defensoras de los derechos humanos por cargos absurdos y falsos de terrorismo. El acta de acusación formal es una mezcla de tóxicas insinuaciones y falsedades que no contienen el más leve escrutinio, con denuncias ridículas y contradictorias que no tienen cabida en un tribunal serio.

La principal acusación contra Kiliç es que utilizó una aplicación cifrada de mensajería móvil. Kiliç ha negado por activa y por pasiva su uso y, de hecho, tres informes periciales encargados por Amnistía Internacional demostraban que Kiliç jamás se descargó tal aplicación. Es más, la propia Fiscalía General de la República admitió recientemente haber acusado erróneamente a 11.480 personas en cuyos teléfonos se descargó la aplicación sin permiso del usuario. Con las abrumadoras pruebas de su inocencia y la inexistencia de indicios de que haya cometido ningún delito, la excarcelación de Taner debía haberse hecho efectiva este 31 de enero y, sin embargo, lo han vuelto a encarcelar.

La detención de defensores y defensoras de los derechos humanos tiene la clara intención de transmitir el mensaje de que la disidencia no se tolerará. Pero el valor del apoyo y la cantidad de firmas que se han recogido alrededor de todo el mundo pidiendo su liberación, han enviado un mensaje más potente, que las voces críticas no se pueden silenciar.

Varios gobiernos y diplomáticos de 12 países han mostrado su malestar ante esta violación constante de Derechos Humanos. Incluso algunos han estado presentes en la sala donde se juzga a los Diez de Estambul y a Taner Kiliç. Nuestro gobierno debería también hacerlo..

Las autoridades turcas deben poner en libertad inmediata e incondicional a los defensores y defensoras encarcelados, y deben poner fin a la brutal represión posterior al golpe que está arrasando el país.

No olvides que con tu firma tú también puedes contribuir a acabar con esta situación totalmente injusta a la que los ha llevado el gobierno de Turquía.

Firmando por Tania Carolina Paiva, activista del equipo de medios de comunicación de Amnistía Internacional Andalucía.

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