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Me encanta el Carnaval en verano, no lo puedo remediar. El Carnaval en verano eh, no el Carnaval de verano, que también, pero ese ahora mismo no es el tema que nos ocupa. Así que y marquemos la divisoria centrémonos: el Carnaval en verano. 

Me encanta el Carnaval en verano, no lo puedo remediar. El Carnaval en verano eh, no el Carnaval de verano, que también, pero ese ahora mismo no es el tema que nos ocupa. Así que y marquemos la divisoria centrémonos: el Carnaval en verano. Dejamos de lado lo pomposo del teatro y todo se baña de naturalidad, disfrutemos del Carnaval mamarracho que no por ser mamarracho es menos Carnaval, regocijémonos en esos coloretes corridos a consecuencia del sudor, en esas pelucas y gorros que se llevan testimonialmente pero que como mucho sirven tan sólo para cantar la presentación. Giras, dúos, tríos… el Carnaval buscavidas en estado puro, el que se rechaza a morir engullido por las nuevas ideas de tipo y repertorio que ya mismo empezarán a caer y cuajar en los cocos de los poetas y el interior de los locales de ensayo. La piriñaca agudiza el ingenio y hacen que hasta aquel que dijo que no salía se plantee el volver cual sacudido por un golpe de Levante. 

Y es que cuando aprieta la caló como arrancara esa copla mítica de los Gladiadores de la Caleta, nuestra fiesta grande es como un comparsista en chanclas, ansioso por lo que está por venir pero todavía con ganas de reventar el repertorio de ese año al que finalmente se le termine cogiendo cariño a pesar de los inevitables babuchazos.

Se acerca julio con sus festivales y sus “señores disculpadnos pero vamos a dejar la chaqueta en el suelo” y nada mejor para sacudírnoslo y refrescarnos que los nombrecillos sueltos de agrupaciones punteras y de la calle que van dándonos vida animando las primeras tertulias, antes de zambullirnos definitivamente en el mar de coplas que se abrirá ante nosotros cuando en septiembre comience el verdadero curso carnavalesco. Mientras tanto, a disfrutar de las caballas, de los atardeceres y, nunca mejor dicho, de las coplas a pecho descubierto.

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