Magda Donato fue una de las representantes del incipiente movimiento feminista en España durante la década de 1920.
Magda Donato fue una de las representantes del incipiente movimiento feminista en España durante la década de 1920.

Stalin se habría ahorrado esa goma de borrar (no hay mejor borrador que la amenaza de muerte, tortura u ostracismo) si en lugar de Trotski, Kamenev o Zinoviev,  sus compañeros de la revolución rusa, muerto ya Lenin, hubieran sido mujeres. La Historia la cuentan los vencedores, no hay que acudir al sátrapa de Georgia para comprobar cómo  quienes ganan no quieren solamente ser vencedores sino conquistar la posteridad, escribir la eternidad y muy especialmente anular de ella a todo aquel disidente, diferente o amenaza. Ningún arco de la victoria quiere de los vencidos más que sus manos para levantarlo.

Y a los perdedores les queda la resistencia o la paciencia. En el caso de España y de la maltratada República una paciencia de cuarenta años: El tiempo que tuvimos que sufrir hasta   recuperar la democracia, los derechos y las libertades. Algunos de nuestros más ilustres perdedores, a aquellos que no habían sido asesinados o desaparecidos, lograron reconciliarse con la patria( ergo el resto de sus contemporáneos a pesar  de la longevidad de  su régimen ) incluso antes de la muerte del dictador y otros aprovecharon el deceso para volver de visita en algunos casos o definitivamente en otros. 

Este año se cumplen 80 del fin de la guerra que no fue, desafortunadamente, el comienzo de la paz sino del exilio, la revancha y a la pérdida de libertades. Una diáspora que nos despojó de una generación de intelectuales y creadores que habían sido la mejor de las vanguardias y que huyeron o fueron condenados al encierro de un silencio protector, también exilio interior y que es sin duda otro tipo de muerte, la civil.

Es año, pues, de volver a agradecer a los más lúcidos que no dejaran de  pensar, crear, contar soñar en nuestra lengua y con los pies en las raíces de nuestra identidad, desde el conservador Niceto Alcalá Zamora al indómito Cernuda pasando por el militante y festero Rafael Alberti. Pero sobre todo es tiempo, y ya nos vale, de hablar de ellas. Ellas a las que los totalitarismos no tendrían ni que borrar de la foto porque no estaban en la foto. Aquellas que más que Memoria hay que aplicarles autentica Arqueología de tan escondidas como andan.

Este 8 de marzo trabajamos por el presente rescatando no el pasado sino  el presente que deben ser aquellas mujeres pioneras a las que les debemos gratitud y justicia. Sí, justicia, porque no se trata de  un acto de caridad ni de compasión ni de bondad edulcorada, sino de la devolución de un capital humano que también nos ha sido hurtado. Es poder compartir inteligencia y genio, porque la obra , por más olvidadas que fueran sus autoras, es de todas, es de todos.

Este 8 de marzo Magda Donato, la primera mujer que ejerció lo que décadas después se llamó Nuevo Periodismo irá tras la pancarta de las mujeres periodistas que el año pasado se hicieron invisibles por un día para logar la visibilidad de toda una vida. Este año Luisa Carnés, la más brillante relatora del horror de la guerra a la altura de Nemirovski o Morante, podrá sonreír detrás de las escasas redactoras de deportes, de la heroicas mujeres deportistas de la que al fin hablamos, porque ella estrenando el siglo XX fue la primera mujer que hizo crónicas de fútbol en As,  agárrate a la silla. Este año Maruja Mallo dejará de ser la nota de color, frívola y atrevida de la generación del 27( que también) para ser la pintora genial que apenas hemos podido reconocer como tal  a pesar de su longeva vida. Este año Elena Fortún podrá ver a niños y niñas de la mano de sus mamás, dos, mamá, una, papás, otra vez dos  o cualquier otra familia que cada cual haya querido o podido montar sin esa tenaza que  a ella la obligó a esconderse (como cuenta en su novela póstuma Oculto Sendero), precisamente a ella que nos enseñó  a ser niñas respondonas, con su Celia, a varias generaciones. 

Este año Clara Schumann (a la que Beatriz González Calderón y Almaclara le han devuelto sus flores) Fanny Mendelssohn o Alma Malher podrán por fin salir al escenario de la vida a solas sin tener que prestarle la voz, las manos, la cabeza al padre, al marido, al hermano. Frankenstein podrá llevar faldas al fin este ocho de marzo porque ya sabemos que Mary Shelley fue su creadora, con la fuerza del mito, con las cien mil lecturas de su ficticia existencia.

Este año Clara Campoamor sabrá, porque lo tenemos que decir a gritos si hace falta, que sabemos que nadie  ha hecho más por la democracia real en España  que ella, porque no hay democracia sin sufragio universal y es a  ella a quien se lo debemos todos. Sin el voto femenino todo es una farsa, si en igualdad no hay democracia, qué trabajo costó y cuesta que algunos lo entiendan. 

Este año las mujeres (más allá de las siglas y de las diferencias y de los personalismos y del patrimonialismo (palabra masculina, hablo de género no de sexo ) las cientos de miles de mujeres que se lanzaron a la calle el año pasado con su Basta Ya clamoroso saldrán , saldremos,   para trabajar por el presente que es el umbral del futuro pero lo harán, debemos hacerlo, con la mochila cargada de respeto, compromiso y lealtad a aquellas que, más valientes que nosotras porque lo tenían muchísimo peor, pusieron un peldaño en la larga escalera hacia la igualdad y la libertad.

Este año salgamos con sombrero a la calle, el de las Rescatadoras que devuelven el Tesoro, el Arca más Perdida, a la Memoria.

Ya lo dice Juan Gelman: lo contrario del olvido no es la memoria sino simple y llanamente la verdad. 

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