Miquel Iceta en un acto de campaña por el 28A. FOTO: MIQUEL ICETA.
Miquel Iceta en un acto de campaña por el 28A. FOTO: MIQUEL ICETA.

El señor Iceta como candidato a la Presidencia del Senado me pareció, en principio, más que interesante aunque tuviera matices. Y es en los detalles, como se dice en alemán, donde habita el diablo.

Artículo 61, a) del Estatut de Catalunya. Funciones del Parlament: “Designar a los Senadores que representan a la Generalitat en el Senado. La designación debe realizarse en una convocatoria específica y de forma proporcional al número de Diputados de Cada grupo parlamentario”.

El Parlament de Catalunya elige, según la Ley, a los representantes del Gobierno catalán en la Cámara Territorial del Estado: el Senado. El Parlament toma sus decisiones por mayoría, como todos los Parlamentos. La misma mayoría que ha elegido al Gobierno catalán elige ahora a los representantes de ese mismo Gobierno. La Ley solo obliga a que sea respetada la proporcionalidad numérica de los grupos parlamentarios. La Ley establece un rango de especial importancia a esa elección cuando exige que sea en convocatoria específica, y esto es así por la importancia fundamental de esa elección.

Ahora, tomemos que el PSOE quiere que un diputado del Partido Socialista de Cataluña sea Presidente del Senado como representante de la Generalitat de Catalunya, cuando el mismo PSOE es la oposición a la Generalitat de Catalunya. La situación se vuelve única en la historia política española, y parece, en contrario, que la mayoría parlamentaria que nombró al Gobierno tenga derecho a nombrar a los representantes de su Gobierno sin que esto afecte al pluralismo político, garantía de la democracia, al mismo tiempo que se respete la Ley y su espíritu: el número proporcional asegurado en el Estatut de Catalunya.

De todo ello sí se muestra clararamente que la aceptación acostumbrada de los candidatos era pura cortesía parlamentaria, dado que en la Ley no se le asegura a ningún grupo parlamentario que el Parlament aceptará a sus candidatos, sino solo que respetará el pluralismo político respetando, de modo proporcional, el número de candidatos de la representación.

La demonización de los rivales políticos

Durante la campaña de las Elecciones Generales me entristeció mucho escuchar a Pedro Sánchez que Esquerra Republicana de Catalunya no era de fiar, a lo que estos arguyeron lo mismo hacia Sánchez. La Historia guarda más cosas de las que querríamos mostrar, y Pedro Sánchez no puede olvidar que él representa, también, el pasado de su propio partido.

Luego llegó la negociación para la Mesa del Congreso, donde parecería que el pluralismo político tan deseado en el Parlament no sea de primera importancia para el Congreso. Pues bien, para el PSOE queda claro que los secesionistas, independentistas, nacionalistas, o como en cada caso se los nombre, no estarán presentes de ninguna manera en la Mesa del Congreso; un órgano de primera importancia. ERC es la primera fuerza política de Catalunya tras las elecciones para el Congreso de los Diputados.

Salir acusando a la oposición en Madrid, Gobierno en Catalunya, de negar el diálogo y la democracia, cuando quien acusa no permite la entrada a la oposición en la Mesa del Congreso es una anomalía que solo podrán explicarnos desde la idea de que con la Mesa, desde siempre, cada uno ha hecho lo que le ha dado la realísima gana. De lo que se deduce que nuestra Cultura democrática está más basada en la discrecionalidad y la ocasión que en el respeto a normas que garanticen sólidamente el pluralismo político.

Reforma necesaria del Senado

La reforma no se puede acometer simplemente desde el Senado. Sería preciso iniciar un proceso constituyente de reforma, que encontramos urgentemente necesario pero será trabajoso lograrlo. Tengamos en cuenta el contexto real de referencia en el que España se sitúa en relación con esa reforma: El Senado, cámara territorial, de Alemania, en cuyo espejo se mira la Constitución Española de 1978, así sea como quien pasea por el Callejón del Gato de Madrid y se mira en las paredes. Los gobiernos de los Länder, Estados Federados de Alemania, nuestras CC. AA. vistas en ese Callejón del Gato, están directamente representados, en número proporcional, en el Bundesrat, Senado alemán, y cada Land tiene la presidencia del Senado por rotación.

Nos ahorraríamos un número considerable de miembros, que podrían ser unos 75 en total, y de dinero, ya que todos esos miembros ya recibirían la correspondiente compensación de sus gobiernos porque son miembros de cada Gobierno autónomo. El diálogo sería mucho más fluido, los temas más concretos y la responsabilidad más directa y, sobre todo, compartida y equilibrada. Este nuevo Senado sería un verdadero mecanismo de integración plural.

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