Una calle Serrano.
Una calle Serrano.

"Me levanto temprano, treinta y cinco minutos sobre la cinta de correr inteligente activan mi mente, a continuación, ducha con agua desionizada relajante, desayuno mediterráneo para cargar energías, inspiro un poco de frescor del aire licuado procedente de mi finca y me conecto a mi explotación, desde mi despacho en calle Serrano.

El programa de manejo automático desarrollado en Silicon Valley es una maravilla, tengo geolocalizadas mis ovejas, clonadas, con su historial de producción, y entre el pastor eléctrico y el robot de perro pastor, las dirijo al cercado o sala de ordeño según proceda. Hoy tengo que ir por primera vez al campo este año y estoy preocupado por la lluvia, el estado del camino no me lo indica Google Maps y en qué estado me dejará el coche, pues tengo que quitar una oveja descarriada que no hace caso a las órdenes telemáticas, no se ajusta a las predicciones de la inteligencia artificial, rompe instalaciones y sobretodo come más de la cuenta, no es rentable.

Tras revisar las tablas y predicciones, temperaturas de animales en rango correcto al igual que resto de parámetros biométricos, doy un vuelo con el dron por toda la finca, revisando lindes y en especial los cerramientos. El lobo es un gran problema, aunque hace años que no aparece y pone en riesgo potencial mi sistema de vida rural. Tengo preparado el relevo generacional hasta solicitando las ayudas para ello, a todos mis hijos les encanta el campo familiar, aunque ninguno vive en la península ibérica, tengo contratado un servicio de apoyo con carácter extraordinario por si se va la luz de las instalaciones renovables y no funcionara el generador de hidrógeno ni las baterías de litio, muy improbable pero hay que ser garantistas. Mi testamento no supondrá discusión alguna.

La finca de labor en cambio es mucho más tranquila de gestionar, pues me salta alarma a la hora de la siembra, abonado pre lluvia, incidencia de plagas para fumigación y recolección. Quizás es más laborioso la redacción y renovación de las solicitudes de las ayudas agrarias de la Política Agraria Común, sobre todo si me toca inspección, pues no tengo tiempo para acudir. A pesar de ello, mi campo es un buen negocio, eficiente, competitivo, garantista con las ayudas públicas, y de carácter familiar - mi paz social -. Llevo 40 años así y no quiero cambiar de programa, aunque si de actualizaciones que mejoran mi rentabilidad. Por cierto soy inversor en bolsa a tiempo completo, y en mi tiempo libre agricultor de salón".

El Cambio Climático nos ha enseñado que la naturaleza, esa que asumía todo y amortiguaba todos los impactos provocados por la acción humana, nos estaba esperando para recordarnos que toda acción conlleva una reacción. Variables como temperatura, precipitaciones, nivel del mar, ozono, gases de efecto invernadero, microplásticos, CO2, biodiversidad, especies exóticas e invasoras, nos han de hacer entender que no podemos vivir aislados en nuestro mundo de competitividad y productividad, por mucha inteligencia artificial que tengamos. La vida humana no llegará a ser virtual, pues llegado ese momento, qué triste final.

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