Varias hermanas, a las puertas del Monasterio de Santa Clara de la Columna, en Belalcázar.
Varias hermanas, a las puertas del Monasterio de Santa Clara de la Columna, en Belalcázar.

El Monasterio de Santa Clara de la Columna, en Belalcázar (Córdoba), está situado a menos de un kilómetro de la localidad y se accede a él tomando el desvío que, junto a la carretera, indica su ubicación. El monasterio es un lugar sobrio, elegante y, para todas nosotras, "el lugar más bonito del mundo". 

Este monasterio fue construido en 1476 por doña Elvira de Zúñiga para albergar en él a frailes franciscanos; más tarde, pasaría a ser un cenobio femenino habitado por la fraternidad de hermanas clarisas o hermanas pobres de santa Clara. Se encuentra en el lugar llamado la Villeta de Santa Clara, y nada más entrar en él se percibe el silencio, pero al mismo tiempo sus muros hablan de una historia de siglos, historias vividas bajo la mirada de Jesús atado a la Columna como titular de dicho monasterio, ya que las fundadoras trajeron como reliquia un trozo de la columna donde ataron a Jesucristo para azotarlo. Conmemorando este hecho, se hizo su antigua imagen, pasando desde entonces a llamarse Monasterio de Santa Clara de la Columna.

Este edificio desde sus inicios fue fundado para la oración y la alabanza de Dios, y así sigue siendo desde hace muchos siglos, pues somos conscientes de que la mejor forma de conservarlo es mantener el uso para la que fue construido.

¿Qué ofrece el monasterio a las personas que se acerquen a él? Una de las cosas que el monasterio ofrece es espiritualidad, a todas las personas que quieran acercarse a compartir con nosotras la liturgia, la oración. También posee hospedería o Casa de Oración, a la que vienen desde muchos lugares personas que quieren vivir unos días de silencio, de oración, de retiro. Además, nosotras ofrecemos en diferentes épocas del año retiros y encuentros de oración. También es una casa abierta a personas que buscan y que necesitan unos días para pensar, reflexionar... Y todo esto envuelto en la espiritualidad franciscana de escucha y acogida a las personas.

Otras de las cosas que ofrece es patrimonio y cultura. Desde 2005 se pueden hacer visitas al monasterio, gracias a la restauración que realizó la Junta de Andalucía. Con mucho trabajo, el monasterio se ha ido adecuando poco a poco a las visitas, hasta llegar a organizar un recorrido bastante completo, del que el visitante se va muy satisfecho. En un principio, solo se visitaba la iglesia y el claustro, desde el que se accedía a la sala capitular, el refectorio y una pequeña celda.
Posteriormente, con nuestro esfuerzo económico, hemos ido incorporando otras estancias, como la llamada celda de Sor Felipa y el Coro alto, que se abrió por primera vez para albergar una exposición inédita que se tituló: “Encarnación Artística de la Misericordia en el Condado de Belalcázar, en el 2017, y que albergó obras procedentes de Belalcázar, Hinojosa del Duque, Fuente la Lancha y Villanueva del Duque, exhibiendo un total de 18 obras de arte. Ese fue el comienzo para muchas otras exposiciones y conferencias, que ponen en valor y visibilizan nuestro rico patrimonio.

Con el tiempo, se han ido abriendo otras dependencias, como la sala de las columnas, el dormitorio común, las enfermerías baja y alta (sala del barco) y el panteón funerario. Y desde el pasado 7 de diciembre, se ha ampliado el recorrido con la apertura de un nuevo espacio que viene a completar la visita, es la denominada cocina antigua o cocina de la enfermería.A todo lo anterior, se unen exposiciones, conferencias y conciertos, así como la celebración del mayor de los eventos anuales: el Día del Dulce Conventual. Un evento que este año ha cumplido 10 años de andadura, y que desde el principio surgió con vocación de ser un medio importante para recaudar fondos para el mantenimiento del monasterio; un edificio que desde hace más de 530 años las hermanas hemos habitado, cuidado y mantenido, conservando así un rico patrimonio en el que la fe, que ha sido pensada, acogida y vivida, se ha hecho cultura.

Otra cosa que ofrece el monasterio, es el fruto de nuestro trabajo. Elaboramos dulces artesanalmente, y cada dulce es realizado uno a uno, como único e irrepetible. En estos últimos años hemos aumentado la producción considerablemente y, ante la demanda de nuestros productos de otros puntos de fuera de la comarca de los Pedroches, nos animamos a crear una página web para vender nuestros dulces por internet. Además, hemos incorporado otros productos como las mermeladas, para las que hemos creado un huerto ecológico para sembrar pimientos y tomates para elaborarlas. Otra innovación que hemos incorporado a nuestro trabajo, ha sido la elaboración de helados, que en los meses de verano vienen a complementar la disminución en la venta de dulces.

Este monasterio es un ejemplo de cómo se puede conjugar oración-contemplación con los nuevos tiempos, de vivir en la novedad y creatividad sin perder lo esencial.

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