Ayer fue brutalmente asesinada una mujer de 25 años, presuntamente a manos de su pareja. Cuando ocurría esto en Córdoba, en Sanlúcar era un intento de asesinato, también con cuchillo y también en el cuello. Son quince las mujeres asesinadas en lo que va de año, estamos en la semana veintiuno del año.
La ideología del machismo se presenta a las elecciones andaluzas el próximo 19 junio. La ideología del machismo es una que quiere nombrar la violencia contra las mujeres como violencia doméstica, igual que hay labores domésticas, obligaciones domésticas y las cosas de casa. Que los programas contra las violencias de género no tengan presupuestos, que el derecho al aborto sea cada vez más difícil de practicar, hasta que pueda ser eliminado, y que las mujeres vuelvan a la minoría de edad, lo más encubierta posible, para que a los señoros no los tosa nadie.
Este fin de semana asistí a una escena lamentable. Una mujer francesa que en un club con música en directo empezaba a hablar con un chico y un maromo que la acompañaba se interponía entre ellos para impedirlo. La mujer ponía cara de inconfundible molestia, pero el chulapo parecía encontrar en aquella molestia la prueba de que estaba impidiendo lo que él no quería permitir. La mujer volvió con su acompañante, pero claramente a distancia de él. De pronto, desaparecieron y luego lo vi solo a él. Me inquietó y me fui al jardín trasero: allí estaba ella con un grupo de gente charlando animadamente; su acompañante, o lo que fuera, solo y con cara de amargado haciendo que escuchada a la banda que tocaba. Una escena así se repite demasiado a menudo. A veces, esa misma escena termina mucho peor.
Muchas mujeres sufren un ambiente restrictivo solo por ser mujeres y porque hay hombres que se refugian en la ideología que dicta que si una mujer está con un hombre la mujer pasa a ser suya y solo dispone de una libertad administrada por su hombre. El ambiente asfixiante expresado por García Lorca, en varias de sus obras, creo que es lo más importante de esas obras: un ambiente denso que se puede cortar con un cuchillo, cuchillo que suele terminar cortando el cuerpo y la vida de una mujer.
En nuestro teatro municipal se puso en escena, como ballet, hace unas semanas, una zarzuela de obras de Lorca, bajo el título de Bodas de sangre, donde ese aire irrespirable, denso y agotador había desaparecido a favor de no sé qué alegorías. Somos una sociedad que ya no aguanta ni esperar a Godot ni ahogarse en una ambiente que representa el ahogo. Quizá por eso, también, las cosas de casa no deberían perturbar tanto en la vida pública, dicen algunos.
Pero las creadoras no dejan de insistir, por suerte para todøs, en este caso Deniz Gamze Ergüven y Alice Winocour: Mustang, 2015. Una película que causó sensación en Cannes y que acaban de programar en el canal arte. Una película que muestra el proceso de perversión moral contra una niñas que juegan como niñas a las que su familia les va encerrando la vida en una gatera que cada vez se estrecha más y más, de forma imparable. Las fugas de las cinco hermanas van levantando más y más las rejas que su tío va instalando alrededor de la casa, hasta que la pistola paterna es usada por una de las niñas para quitarse la vida y las dos más pequeñas terminan huyendo a la gran ciudad.
Las elecciones andaluzas podrían servir para abrir las ventanas y airear la sociedad, para que el aire vuelva a tener oxígeno y las mujeres puedan respirar. Es responsabilidad de todos que dejen de morir mujeres asesinadas a manos de la ideología machista.
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