"Creo que hay muchas valientes que se quedaron por el camino, que seguramente no quisieron cumplir su sueño a costa de perder la dignidad como persona".
Es el momento, las estrellas de Hollywood denuncian, y no sólo ellas, en España también. Ahora es el momento, ellas son estrellas pero hace muchos años alguien las posicionó como tales a costa de insinuaciones, de cama, de favores sexuales o de simplemente posar unas manos sobre su cuerpo. No seré yo quien defienda esta actitud y no seré yo quien justifique el abuso no solo de poder de estos señores sobre alguien que busca conseguir su sueño. Pero permítanme hacer de abogada del diablo y reflexionar sobre la siguiente cuestión, ¿Merece la pena cumplir tu sueño a cualquier precio? Y es que como abogada del diablo he de decir que estas mujeres callaron y consintieron todo aquello por un sueño que cumplir, convertirse en las estrellas que son hoy.
Seguramente tendrían miedo a contarlo en su momento, pero ¿qué tipo de miedo? ¿Miedo a que nadie las escuchara? ¿Miedo a no ser las estrellas que son hoy? ¿Miedo a perder trabajos? ¿Miedo a ser injustamente tratadas por una sociedad que creería a la otra parte, a la parte más fuerte en aquel momento? ¿Miedo a la justicia? ¿Miedo a qué?
Siendo abogada del diablo permitidme que os diga, todas cumplieron su sueño, son estrellas de cine, todas las que han denunciado consiguieron lo que querían ser, quienes son hoy en día ¿pero a costa de qué? Pues en mi opinión a costa de su dignidad como persona. Y es que son estrellas que consiguieron oportunidades sin denunciar la situación que vivían.
Y aquí entra en juego la doble moral del ser humano. Lo que les pasó está mal, por supuesto, nadie debería pasar por ello por conseguir absolutamente nada en este mundo, pero en cierto modo ellas fueron consentidoras de aquello. ¿Valientes? ¿Ahora? Creo que hay muchas valientes que se quedaron por el camino, que seguramente no quisieron cumplir su sueño a costa de perder la dignidad como persona, a costa de pasar por toda esta pesadilla. Seguro que hay muchas mujeres que hoy no son grandes estrellas porque no consintieron que este señor abusara de su poder, de su varita mágica que las haría estrellas mientras pasaban por su cama, y hacían tantas y tantas cosas que ellas no quisieron hacer. Hay mujeres que están en su casa viendo como otras cumplieron su sueño por no decir no.
Esa es la barrera para mi de la valentía en este caso. La valentía no es lo que les lleva a denunciar ahora, a posteriori, la valentía es la de quienes se quedaron por el camino, quienes hoy no tienen una cámara que les permite contar la historia que vivieron porque no son estrellas, renunciaron a serlo por no pasar por todo lo que las que si tienen esa cámara, denuncian ahora.
Consentir que ese sueño se convirtiera en una pesadilla no hace que no sea un horror lo que han vivido, no hace que no sea denunciable, no hace que no sea horrible vivir esa situación, pero en algún momento de su sueño permitieron que esto pasara, permitieron que siguiera pasando porque a este señor le funcionaba, permitieron que otras generaciones posteriores de estrellas vivieran la misma pesadilla que ellas vivieron. Vamos que hicieron crecer la lista de víctimas del poder de ese señor. Una lista que ya no crecerá pero que permitieron que creciera durante muchos años.
Me pregunto, ¿cuántas estrellas se quedaron sin serlo por no perder su dignidad? ¿Cuántas pensaron que no merecía la pena convertir su sueño en una pesadilla? ¿Cuántas mujeres renunciaron a ser como aquellas que hoy denuncian con mucha valentía? ¿Mereció la pena todo para cumplir su sueño?
En mi caso, jamás antepondría perder mi dignidad y mis valores, yo sería de aquellas que hoy estarían en su casa viendo como otras han cumplido su sueño a costa de lo que yo no quise hacer. Aquellas que lo hicieron fueron cómplices antes que valientes. Cómplices que permitieron que la siguiente viviera lo mismo que ellas, un horror que hoy denuncian.
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