Pablo Iglesias - Jerez.jpg
Pablo Iglesias - Jerez.jpg

Lo de Donald Trump no es nada nuevo. Cuando un sistema económico empieza a colear sin remisión llegan los bárbaros. Pero esta vez no vienen con cuernos ni en forma de hordas desde las estepas de Mongolia, otra vez viene el fascismo. Que de nuevo, ya pasó con Hitler, por ejemplo, no necesita tener caretas para que los de abajo lo voten porque tienen miedo tras una crisis. Tras la exclusión siempre el fascismo convence a las masas y ensalzado por el populismo se instala, no falla, ahora no tan de la mano de la iglesia, como decía Pasolini, en una de sus reflexiones sobre consumismo, pero regresa. Quizás porque preferimos el dolor a la nada ( William Faulkner), es como aquello que nos pasa cuando no nos acarician o no nos prestan la atención, que nos volvemos peligrosos y violentos. Como un adolescente cuyo padre pasa de él.

Caer en la tentación de ser salvados por líderes proféticos que anuncian un muro aun más férreo para protegernos de terroristas, comunistas, delincuentes y gente que no acepta que el mundo no está preparado para una armonía universal, está ya instalado en nuestras cabezas. “Porque somos lo que somos, dicen, una especie malvada que goza en lo perverso”, al menos eso contó Donald para conseguir el poder, y vaya si lo ha conseguido.

Me pregunto por qué tantos estudiosos que conocen la historia desde lo que pasó en las orillas del Tigris hasta la caída del muro y la nueva concepción del mundo de la señora Thacher, han sucumbido a la triste idea de que no tenemos remedio. Esto me desconcierta. Pero os diré unos datos sobre este país que ahora parece que no ha roto en su vida un plato y que tenía un sistema “aceptable” para todos hasta la llegada de este Atila con pelo amarillo. Joder, Hillary Clinton parecía Santa Teresa de Calcuta como mínimo...

EEUU es una nación donde existe pobreza extrema, muy racista y donde las cárceles privadas hacen su agosto con los pobres de razas oprimidas que por no tener otra opción delinquen.

EEUU ya en la década de los sesenta y cincuenta del pasado siglo XX todavía sentaba a los negros en la parte de atrás del autobús.

EEUU financió una operación (Operación Cóndor) político militar en América latina para imponer gobiernos como el que tuvimos aquí del criminal Francisco Franco, para conservar su poderío económico en el mundo. Exterminando cualquier conato de cultura o revolución intelectual que estuviera en contra de la colonización financiera y militar. Asesinando a poetas y políticos democráticos.

EEUU ha invadido países y mantiene a Israel como a su policía en el medio oriente para exterminar a Palestina.

EEUU roba y saquea países soberanos, en pro de la libertad, para quedarse con el petroleo. Dejando la zona en ruinas y provocando guerras entre facciones terroristas que presuntamente ha financiado en pro de sus intereses.

EEUU tiró en pleno Siglo XX, aniquilando a dos poblaciones japonesas, dos bombas atómicas.

EEUU ha intervenido para colonizar en México, Nicaragua, Puerto Rico, Filipinas, Honduras, Colombia, Panamá, República Dominicana, Haití, El salvador, Bolivia, Perú, Tailandia, Corea, Irán, Paraguay, Guatemala, Líbano, Vietnam, Brasil, Indonesia, Argentina, Camboya, Laos, Uruguay, Chile, Granada, Libia, Irak, Somalia, Sudán y Afganistán. Todo esto desde 1835 hasta nuestros días. Torturando y asesinando. Seguro que me dejo algún país.

Todo esto, repito, por la supervivencia de una nación que basa su ideal de economía en una oda al individualismo y el capitalismo extremo. Tan solo en Irak han muerto 150.000 personas, el 80% civiles. Imagínense el número de civiles que han perdido sus vidas por el robo de materias primas en tan solo un siglo.

Cuando alguien me compara a Pablo Iglesias con Trump, me pregunto hasta qué punto nos han engañado y como podemos hacer una comparación tan a la ligera sobre las nuevas políticas que emergen desde la izquierda, para precisamente parar el fascismo. Espero que todavía a muchos, gracias a que todavía creen que con educación, cultura y un concepto positivo del ser humano y que no tienen miedo en el cuerpo. No nos atrapen con este caramelo tan dulce de degustar para tontos. Por más que la historia se repita, y observemos ciclos, siempre con la intención de que un mundo justo puede conseguirse, se dan frutos, siempre. Pero hay que estar dispuestos a derribar muros en vez acomodarse dentro de sus confortables perímetros. Usted decide. Pero no meta a todos en el mismo saco, es demasiado injusto.

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído