Desahucio de una vivienda. Ocupaciones electorales.
Desahucio de una vivienda. Ocupaciones electorales. MANU GARCÍA

No había recibido tantas peticiones de lectores como esta vez para aclarar la cuestión estadística de las ocupaciones. ¿¡Cómo puede ser que la okupación no ocupe el pódium de la delincuencia!? Pues así es. Lo que hay es lo que hay. Pero ¡ojo! no creo que el asunto carezca de relevancia. 

Si el delito de usurpación es, en cuestión de números, poca cosa, en el ámbito civil el llamado desahucio express instado por particulares ha sumado 3.479 desalojos de viviendas principales o secundarias en 2021 y 2.785 en 2022. Cifras menores y en descenso. El problema es que los datos sobre el desahucio en precario (art. 250.1.2 LEC), que es el que utilizan frecuentemente las entidades financieras no se distinguen en las estadísticas. O al menos yo no los encuentro. 

Mire. Para los ciudadanos particulares el problema real de la ocupación es un asunto menor. Eso que se dice de ir a comprar el pan y a la vuelta resulta que le han ocupado la casa, es un allanamiento de morada y se arregla con la inmediata intervención policial. ¿Y la ocupación del pisito en la playa? Sí, puede ser un marrón de semanas a tramitar por el desahucio express. Pero no parece que éste sea el gran problema social de la ocupación. En toda Europa están de una manera o de otra. Vea Holanda el problemón de la vivienda. Por cierto, allí los ocupantes de la mansión de un oligarca ruso (nueve cuartos de baño y una sauna) han recibido del juzgado respaldo para seguir disfrutando de la calidad en grifería y sanitarios.

En Francia se aprobó al acabar el Estado de alarma un tipo de desahucio de alta velocidad para particulares (vivienda principal o secundaria). En 48 horas el subdelegado del Gobierno francés puede ordenar el desalojo (Ley nº 1525-2020 de 7 de diciembre). Una cuestión delicada. Me parece que esto del fenómeno social de la ocupación es una de las consecuencias de la crisis de 2008. Montones de inmuebles de las entidades financieras desatendidos por las fusiones y quiebras bancarias, las ejecuciones hipotecarias… se calcula en España, sin mucha solidez, que ¾ del total de denuncias de ocupación (unas 25 mil denuncias anuales) son sobre inmuebles de estas entidades. Hay en todo esto una línea baja que relaciona hipotecas basura, banco malo y ocupación. Los escombros de la crisis inmobiliaria donde los apartados rebuscan y unas veces campan en sus oscuridades y otras limpian y abren ventanas para que una planta crezca en la maceta. 

La distancia entre la alarma social y la inseguridad real es uno de los signos de estos tiempos, valga a izquierda y a derecha cada uno para sus asuntos carnaza. Y qué podemos hacer mientras, me pregunta una amable lectora. Estaría bien salir del efecto pendular de la LAU, reactivar el sector de la construcción, facilitar formas de tenencias intermedias, mejorar las estadísticas y los servicios de asesoramiento municipal. Y reforzar la actuación inmediata allá donde las ocupaciones presenten indicios de peligrosidad o criminalidad… parecen demasiadas cosas ¿no? Todas y más. Bueno, pues mientras hay algo que es gratis: convivir con la intensidad baja de los problemas. Una sociedad sin delitos es sospechosa de cosas muy oscuras. Pero todas estas cosas las saben ustedes mejor que yo. 

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