La primavera es la época de la Feria, el buen tiempo, las motos y las alergias, especialmente la de los españoles a Hacienda.
La primavera es la época de la Feria, el buen tiempo, las motos y las alergias, especialmente la de los españoles a Hacienda. Todo el mundo que conozco, sin excepción, desea que la renta le salga a devolver, aunque eso signifique que estés más tieso que una mojama.
Aunque para tiesos, la propia Hacienda, que ya no sabe qué hacer para que no le cuelen los papeles en Panamá, en Andorra o en 'Mil Anuncios', y parece ser que si has puesto un piso en alquiler lo que vas a tener negro no es el dinero que vas a cobrarle al turista, sino engañar a Montoro. Cómo tiene que estar la cosa para que los técnicos de Hacienda, esa especie de men in black del vampiresco ministro, se echen la cámara al hombro -en sentido figurado- y se pongan como locos a pegar pantallazos en el ordenador, tratando de captar las suculentas ofertas en los portales inmobiliarios con las que el señor Pérez o López pensaban ganarse un extra sin compartir su porción de la tarta.
Me pregunto cuál será la novedad de la campaña de la renta 2016. No sé quién gobernará entonces, pero lo mismo entre los datos fiscales del contribuyente aparece una foto de su coche en un garaje pirata o la imagen inmortalizada -no hay nada más español- del albañil recibiendo un fajo de billetes al salir de su casa. No se rían, no. La cosa no está para bromas.
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