El enoturismo gira hacia la viña. Tradicionalmente, el turismo relacionado con el vino se ha centrado en Jerez en las visitas a las bodegas, pero cada vez en mayor medida las albarizas reclaman su protagonismo a las botas en lo que a enoturismo se refiere, cuya fuerza es indiscutible. De hecho, los números demuestran que las bodegas son el principal reclamo turístico de la ciudad, por encima de los edificios religiosos y civiles. La mirada del enoturismo hacia la viña coincide casualmente con la actual corriente que se da en el sector bodeguero, de vuelta al origen, a la tierra, al hablar del vino de Jerez.
Las bodegas y otros agentes turísticos (en realidad, habría que decir agentes estrictamente turísticos) programan cada vez en mayor medida todo tipo de actividades en las que la viña y su conocimiento es el principal protagonista. Actualmente hay disponibles todo tipo de actividades, desde excursiones (incluso a caballo o en bici) a menús maridajes en las casas de viña o degustaciones de todo tipo.
El acondicionamiento y mejora de los caminos rurales ha sido un importante aporte para el crecimiento que se está produciendo en este segmento. De hecho, la alcaldesa, Mamen Sánchez, ha anunciado la disponibilidad de medio millón de euros en ayudas del Grupo de Desarrollo Rural (GDR) de Jerez para proyectos relacionados con el enoturismo. Bien, no hay nada que objetar al respecto en este caso concreto, aunque hay que recordar que desde el sector bodeguero se han alzado distintas voces críticas con la aplicación de otras ayudas, como las de la Iniciativa Territorial Integrada (ITI), ya que entienden que no han ido a paliar cuestiones de fondo del sector y lo que han ido es a parchear distintas cuestiones…
Comentarios