El Ayuntamiento tiene previsto desarrollar un plan especial –a lo mejor, técnicamente este no es el adjetivo más indicado, pero así nos entendemos— en el barrio de Santiago. La verdad es que hace tiempo, años, que el barrio no está bien. Sus calles más significativas, caso de Nueva o Cantarería, e incluso la propia plaza presentan evidentes signos de degradación. Hará bien el gobierno municipal en meter mano al tema en la medida de sus posibilidades e intentar implicar al resto de Administraciones en lo que son sus competencias.
Destacar la vinculación del barrio con el flamenco para intentar relanzarlo, tal y como se ha anunciado por parte del Ayuntamiento, sin duda parece un acierto, aunque tal vez quedarse en la simple señalización del lugar de nacimiento de algunas de las figuras del cante, baile o toque sea un tanto pobre. Tal vez Santiago podría acoger algún tipo de actividad relacionada con todo el complejo museístico relacionado con el flamenco que se quiere desarrollar no muy lejos de allí, en la plaza Belén y aledaños. También podría hacerse algún tipo de ruta, algo singular con los bares que perviven en el barrio (experiencias que podrían ampliarse a San Miguel y la Plazuela).
Todas las comparaciones son odiosas, desde luego, pero no es menos cierto que hoy por hoy Santiago está muy lejos de ser en la vida de Jerez lo que significa, por ejemplo, el Albaicín para Granada, un objetivo lejano, pero a la vista…
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