Lola, ahora disponible en 'flashmob'

Jerez y sus gentes siguen apostando por todo lo relacionado con la Faraona, llegando a celebrarse su 101 aniversario, en línea con la mística que en muchas civilizaciones han tenido los números capicúas

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Nací en Madrid, en 1965, aunque llevo exactamente media vida viviendo en Jerez. Soy licenciado en CC de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense. He sido jefe de la sección local del Diario de Jerez y también he trabajado en Información Jerez y el Diario Ya (época de Antena 3). He colaborado con El Mundo, Economía y Empresas, Notodo… Soy socio fundador y colaborador habitual de lavozdelsur.es. Últimamente he publicado el libro ‘Sherry & Brandy 2.0’ y he redactado el guion del documental sobre el vino de Jerez ‘Sherryland’. Todo esto ha hecho que me vaya haciendo una idea aproximada de las cosas… 

'Flashmob' en recuerdo a Lola Flores delante de la casa donde nació.
'Flashmob' en recuerdo a Lola Flores delante de la casa donde nació.

Lo último son los flashmobs. Jerez de la Fra sigue entregada a Lola Flores, probablemente su artista más universal. ¿Esto es bueno, es malo, es raro? En realidad, es más bien cosa de sus políticos y de los tiempos que corren, de resignificar y reinterpretar cosas que en su momento no fueron así. Al menos no tan así. 

Lola Flores fue muy grande, pero su ciudad natal ha ido muy tarde con los homenajes, igual que la Junta con sus medallas a título póstumo –toda medalla a título póstumo va tarde–, como la de Hija Predilecta de Andalucía. Por mucho que lo agradezcan sus hijas, que es lo normal, no deja de tener un punto disparatado que se la concedieran veintitantos años después de su fallecimiento, coincidiendo con el centenario de su nacimiento, eso sí, toda una efeméride, pero si se mira por el otro lado, veintitantos son muchos años.

En Jerez, en realidad, ha pasado otro tanto de lo mismo con la preservación del legado y la memoria de Lola Flores. Se ha buscado la ‘percha’ del centenario para justificar más de dos décadas de inacción, de desencuentros –que también los hubo en su día con la familia– y directamente de olvido para llegar finalmente a la apertura del Centro Cultural Lola Flores, en la plaza Belén.

Por supuesto, hoy en día no estamos ante la Lola Flores que fue, sino que se trata de un personaje ‘reasignado’ a los tiempos que corren. Una mujer, sin duda libre en lo personal y avanzada, a la que el paso del tiempo y los 'vientos' actuales nos la devuelven limpia de algunas cosillas y convertida en un rotundo icono feminista y mujer ‘empoderada’, incluso con frases jaleadas, pero tirando a apócrifas, como la famosa del ‘pipazo con una amiga’, disponible hasta en camisetas. Una nueva Lola. Una manera un tanto reduccionista de ver a un personaje complejo, ahora acorde con los tiempos simples, infantiles y ‘de parte’ que estamos viviendo.

Al PSOE le tocó la primera parte del centenario y abrió en tiempo y forma española ­–es decir, corriendo... que acercaban las elecciones municipales– el Centro Cultural Lola Flores. No le sirvió de mucho al PSOE de Jerez de la Fra el esfuerzo, entre otras cosas porque al cronista le da que estas cosas, lo que hay detrás de estas cosas, al final le llegan a cuatro, los que están todo el santo día con lo de la guerra cultural. Los demás están a sus problemas, entre los que no figura, desde luego, que al personaje Lola Flores, más que a la artista, la hayan trasladado al ‘lado correcto de la historia’, en el que hace cuarenta años no estaba.

El PP ha seguido con los homenajes, con cartelería en la calle, flashmobs, etc, relacionados con Lola y es el gobierno municipal al que le toca, así lo han querido los ciudadanos, dar más contenido y proyección al centro cultural que lleva su nombre.

Lo curioso, es que con el centenario no se han acabado los actos, publicaciones, premios, etc, etc. El otro día hubo un flashmob (que, por cierto, viene a ser eso de interpretar una coreografía en la calle por un grupo de personas que aparece e inmediatamente desaparece) expresamente por su 101 cumpleaños. ¿El motivo? Ya decimos, el que hubiera sido su 101 cumpleaños. Capicúa. Un número bonito, suficiente. Cabe esperar que el año que viene también haya un pequeño recuerdo. ¿El motivo? Pues que acaba en dos. Y así sucesivamente.

Algo parecido se puede decir de los libros sobre la artista, después de la publicación el año pasado de decenas. Pues tras ese aluvión de libros, para este año todavía se anuncian varios. El más esperado, seguramente, es el que prepara el historiador Manuel Romero Bejarano, con ilustraciones de Daniel Diosdado, que han preferido salir después de la avalancha.

Bien, ahí está Lola. Con su estatua, su centro cultural y sus flashmobs. Ni un tabanco –es verdad que hay un bar por la barriada de La Granja– con su nombre por si alguien quiere tomarse un vino, pero pronto estará el tablao. Que eso sí es importante.

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