Industria, sí, hostelería, según..

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Nací en Madrid, en 1965, aunque llevo exactamente media vida viviendo en Jerez. Soy licenciado en CC de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense. He sido jefe de la sección local del Diario de Jerez y también he trabajado en Información Jerez y el Diario Ya (época de Antena 3). He colaborado con El Mundo, Economía y Empresas, Notodo… Soy socio fundador y colaborador habitual de lavozdelsur.es. Últimamente he publicado el libro ‘Sherry & Brandy 2.0’ y he redactado el guion del documental sobre el vino de Jerez ‘Sherryland’. Todo esto ha hecho que me vaya haciendo una idea aproximada de las cosas… 

Andalucía recomienda a la hostelería pedir el pasaporte Covid en terrazas.
Andalucía recomienda a la hostelería pedir el pasaporte Covid en terrazas. MANU GARCÍA

Es curioso el debate abierto sobre la hostelería en Jerez, en la provincia y, en realidad, en toda España. Hace un par de días
discutía –en el sentido exacto de la palabra, no teman- con mi amigo F.G. sobre el tema y horas después abro el periódico, digo,
el ordenador, y me encuentro un interesante artículo sobre este asunto en lavozdelsur.es, qué cosas.

La tesis de mi amigo, les avanzó, es la de prepararse para lo que considera inevitable, una ciudad y una provincia totalmente
volcada al turismo
-y, claro está, la hostelería- con todos los engorros que eso supone y que él asume como tales (aunque
cree que deberían ser mejorables, desde luego), desde la alteración de la propia personalidad de las ciudades, los pisos
turísticos (un tema que no acaba de regularse correctamente), la ruidosa ‘invasión terracera’ –que suena a película de marcianos de serie B, pero mucha gente la padece a diario- y, por supuesto, las ancestrales condiciones laborales del sector, que es como una especie de maldición bíblica.

El artículo al que hago referencia se centra precisamente en este aspecto, que todos los que vamos habitualmente a los bares, aunque sea al otro lado de la barra –cuando te dejaban estar, por cierto-, conocemos porque nos lo han contado sus protagonistas y lo hemos visto con nuestros ojos mil veces en decenas de sitios, diga lo que diga al respecto la patronal sectorial y se pueda hablar de excepciones, que por supuesto que las hay: jornadas interminables en las que no solo no se habla de horas extra sino que muchas veces la contratación es por debajo de las ocho horas diarias, casi nunca se libra dos días a la semana, la estacionalidad, vacaciones a la demanda exclusiva del propietario… y todo ello aderezado con un sueldo justito, ‘adjetivito’ que en este caso queda muy, muy lejos de justo.

A estas alturas, el ávido lector, la impaciente lectora, se estará preguntando ya por la tesis de este cronista frente a la de F.G.,
su amigo. Pues dicha tesis atiende tanto cuestiones geoestratégicas internacionales como locales… que me he puesto un punto estupendo. En el contexto internacional actual, atendiendo a criterios tanto políticos como económicos, es un hecho que la Unión Europea tiene que revisar su agenda en un tema clave como es la dependencia que tiene de otras partes del mundo en cuanto a suministros de todo tipo. No tiene sentido que, por un lado, tenga a un país hostil como Rusia amenazando cada dos por tres con cortar el gas y, por otro, una potencia que no es precisamente aliada, como China, un país que, a la vista está, tiene otras prioridades y no garantiza en plazo la entrega de piezas, componentes y suministros a lo que queda de industria en Europa (esto es lo verdaderamente importante, no se queden con los mensajes apocalípticos de la tele sobre si va a haber o no suficientes videoconsolas en Reyes, eso sería coger el rábano por las hojas).

Una vez debidamente ubicados, debo decir que yo no sé lo que vale pagar a un trabajador chino y a una naviera para que traiga
a Europa suministros que, claro está, hay que desembarcar –a veces incluso en Marruecos- y luego distribuir por todo el continente, lo ignoro, pero al final debe ser un pico. Lo que tengo muy claro es que, de producirse en Europa esos suministros, haciendo una prorrata de dicho coste por trabajador, es posible que quede aún lejos de lo que es un salario tipo en Alemania, Austria u Holanda, pero seguro que, entre unas cosas u otras, ya no tanto de lo que se podría considerar un sueldo digno (con sus horas y sus pagas) en la provincia de Cádiz (y en Andalucía, Extremadura, Portugal, sur de Italia...).

Creo que de ahondarse en la crisis de suministros, Europa va a tener que dejar de vaguear acerca de tomar decisiones al respecto y comprender que hay zonas de la propia Unión que, por desgracia, debido al fuerte desempleo que padecen, ahora vuelven a ser competitivas en términos objetivos de mano de obra y que, por muy poco más –y un poco más de bienestar interno, algo impagable-, pueden perfectamente ser las productoras y suministradoras (al menos para lo que sería cubrir la seguridad estratégica en determinados sectores) de los componentes que necesitan las empresas punteras del norte de Europa. Pidamos que esa ‘desgracia’ se revierta y se convierta en, digamos, ‘justicia’. Volcarse en el turismo como única baza –y sobre todo en la hostelería no especializada- no es una opción de futuro, es más bien un “si no hay más remedio”, no nos engañemos. Produzcamos, señoras y señores, produzcamos, siquiera algo. Y luego, a tomar un vino o una cerveza y contarles la jornada laboral a nuestros amigos camareros -razonablemente bien pagados, por supuesto- y preferiblemente sin molestar a los vecinos de arriba...


CODA: Leo que se acaba de firmar el preacuerdo para el cierre de Airbus en Puerto Real. Hay días, como decía la canción de salsa,
que uno está salao…

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