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El 'ibro de la Selva, clásico escrito por Kipling, me ha venido a la mente cuando he escuchado a Anna Gabriel, diputada de la CUP, hablar de tener hijos y criarlos en "la tribu".

El 'ibro de la Selva, clásico escrito por Kipling, me ha venido a la mente cuando he escuchado a Anna Gabriel, diputada de la CUP, hablar de tener hijos y criarlos en "la tribu". A ver, si obviamos el hecho de que se trata de ficción -aunque se ha hablado de casos reales similares-, el experimento salió relativamente bien. Una manada de lobos acogió al pequeño humano Mowgli pero éste -vale, lo reconozco, me he tragado la última versión en el cine con mi sobrina-, acosado por Shere Kan, se hizo amigo de una pantera negra y del simpático oso -nada que ver con el que casi despedaza a DiCaprio en El Renacido- Baloo, en una alianza donde acabará coronado como el auténtico rey de la selva.

A mi sobrina le encantaron los animalitos que hablan y los efectos especiales y puede hasta que se impregnara de modo inconsciente del mensaje imperialista británico que subyace en la obra de Kipling, aunque de esto no me comentó nada. Sea como fuere, escuchar a Anne Gabriel me hizo retrotraerme a la manada de lobos que cuidaba de Mowgli y también a los años sesenta en los EEUU, el estado colonialista del que venían las armas nucleares y Vietnam pero también las comunas hippies, el LSD y los niños fruto del amor libre.

Pues no sé, señora Gabriel, a mí eso de tener dos papás como en el nuevo anuncio de Coca Cola, mientras me hubieran educado bien, no creo que me hubiera importado mucho: alguna bromita en el colegio que se compensaría con cierta madurez adelantada respecto a mis bisoños compañeros de clase. Pero de ahí a que mi comunidad fuera una familia hippie, por ejemplo, donde no supiera qué teta succionar o a quién dirigirme para el castigo, quizá me creara un poco de angustia, de ansiedad. Al final, los pedagogos dicen que los niños necesitan ciertas normas y reglas para desarrollar una mente sana y saber convivir en el futuro.

No sé si la próxima propuesta de la siempre original CUP tendrá que ver con mandar al niño a la selva, para que vuelva ya criadito y en paños menores, pero habiendo eludido todas las trampas del capitalismo. Yo a estas alturas no me sorprendo ya de nada.

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