Vox deja de ser palmero en Andalucía: de la milonga presupuestaria al recital 'por derechas'

La ultraderecha sabía que era y es el único socio "posible y cabal" para PP y Cs: estos hincan la rodilla y la legislatura se alarga en Andalucía al compás del partido de Abascal, enfrentado con Casado y Arrimadas en Madrid

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Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Desde 2014 soy socio fundador y director de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología; hice la dramaturgia del espectáculo 'Soníos negros', de la Cía. María del Mar Moreno; colaboro en Guía Repsol; y coordino la comunicación de la Asociación de Festivales Flamencos. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero', que organiza la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Accésit del Premio de Periodismo Social Antonio Ortega. Socio de la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) y de la Federación Española de Periodistas (FAPE).

El viceconsejero Juan Marín, el consejero de Hacienda Juan Bravo y el líder andaluz de Vox, Alejandro Hernández, rubricando el acuerdo presupuestario de 2020.
El viceconsejero Juan Marín, el consejero de Hacienda Juan Bravo y el líder andaluz de Vox, Alejandro Hernández, rubricando el acuerdo presupuestario de 2020.

En la semana del Día del Flamenco en Andalucía, cuando se conmemoran diez años de la declaración por la Unesco del arte jondo como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, Vox definitivamente deja de ser palmero en el cuadro de las derechas andaluzas y se convierte en rutilante estrella, por méritos propios, del tablao político de San Telmo y Las Cinco Llagas. Emergen, en plena pandemia, una vez caído Trump y con cordón sanitario en Madrid, bajo un rol protagonista indiscutible, capaz de llevarse los aplausos y ser el metrónomo de la gobernanza autonómica en su hora más difícil, en plena caída libre social y económica por la alerta sanitaria.

El enfado que se convirtió en milonga presupuestaria, las terceras cuentas para las que han sido llave de oro en menos de dos años de legislatura, volvió a acabar en fin de fiesta por ideología, un auténtico palo para PSOE y Adelante, que descompuestos salieron por peteneras siendo ya conscientes de que habrá derechas en la Junta hasta finales de 2022 y que mucho tienen que mejorar en sus elencos para no perpetuar el cambiazo en la Junta.

Ni siquiera porque en la Carrera de San Jerónimo esté la foto del trío de Colón hecha pedazos por el hemiciclo se ha frenado un nuevo acuerdo presupuestario al compás que ha marcado la ultraderecha andaluza. No ha hecho falta ni que, como en otras ocasiones, Abascal intervenga desde la Corte. Estaba meridiana la cosa en estos cantes de ida y vuelta: ellos, PP y Cs, hincaban la rodilla; los otros, Vox, demostraban quién manda verdaderamente en Andalucía y quién tiene capacidad para alargar este recital hasta que venga el lechero o reabran las urnas.

Oído todo el cuadro, no cabe duda que quien ha cantado por derecho (muy por derecho) ha sido Vox: el portavoz parlamentario de esta formación, Alejandro Hernández, recordaba este pasado miércoles, durante el Debate de Totalidad del proyecto de Ley de Presupuestos andaluces para 2021, que “sólo ha sido posible sentarse a negociar cuando la Junta, aun con la boca pequeña y en privado, nos han reconocido que no es que seamos el socio preferente sino que somos el único socio posible y cabal”. El día que me eches de menos, vas a venir a buscarme como un caballo sin freno, vino a decir Hernández con una queja dulce por soleá al golpe.

Bendodo, Marín, Moreno y Bravo, en el Parlamento andaluz, celebran la continuidad de la legislatura del covid.
Bendodo, Marín, Moreno y Bravo celebran, en el Parlamento este miércoles, el alargue de la legislatura. / Parlamento

El portavoz parlamentario del PP, José Antonio Nieto, dominador absoluto de las alegrías de Córdoba, sacó la sonrisa a los presentes al afirmar que el Presupuesto está exento de carga ideológica —han aceptado "un 90%" de las 72 propuestas de Vox, que si algo tienen es ideología—, y atizó con dureza al PSOE-A al sostener, tras haberse marchado de la Cámara autonómica Susana Díaz, que quedaban “cuatro gatos”. Adelante, en un día ronco, incapaz de coger tono, rechazó estas cuentas por “antipatrióticas” y por “quedarse cortas” para los retos que tiene por delante Andalucía. El portavoz de Cs, Sergio Romero, sobreactuado, preguntó a la izquierda si le quedaba "algo de humanidad" tras rechazar las cuentas.

Nadie le replicó sobre si a su grupo le faltaba dignidad, después de haberse arrodillado otra vez ante Vox, la foto que quisieron evitar desde enero de 2019 y que no solo ya repiten con cantes de trilla, sino que ya han asumido que lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible. Que se lo digan a Casado y Arrimadas, al parecer muy del gusto de esa soleá de La Serneta popularizada por Pastora Pavón: fueron piedras en manos de Vox y les arrojaron al mar… al cabo de mucho tiempo, el centro siguen sin encontrar.

Y así lo ha reconocido sin titubeos el consejero de Hacienda, el popular Juan Bravo: "No me he escondido en ningún caso, no lo he esquivado jamás y siempre he puesto en valor el acuerdo con ustedes y su responsabilidad y lealtad en la negociación”. Tras considerar a Vox “socio prioritario” —un salto en la escala preferencial: de preferentes a prioritarios—, Bravo también ha cantado por derecho: “Andalucía tiene su tercer presupuesto de la legislatura gracias a ustedes y tiene gobierno gracias a ustedes”. Cuando pacto a gusto, la boca me sabe a sangre. Un recital auténtico de ojana y paripé que, ahora sí, ya sabemos que será de largo recorrido.

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